La transición energética debe avanzar, pero sin olvidar el papel central que aún juegan los hidrocarburos en la movilidad, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico, señalaron especialistas.
Durante un panel en el Senado, los expertos coincidieron en que el camino hacia las energías limpias debe ser gradual, con innovación tecnológica, responsabilidad social y visión de largo plazo.
Elizabeth Mar, directora del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), destacó que los hidrocarburos no solo siguen siendo indispensables, sino que también son clave para permitir la transformación del régimen energético.
“Debemos garantizar la movilidad de personas y alimentos, y eso aún lo dan los hidrocarburos. El hidrógeno marcará pauta en el desarrollo futuro, pero requiere tiempos de adopción tecnológica. Desde el IMP hemos desarrollado soluciones propias para avanzar hacia la soberanía energética y la autosuficiencia”, aseguró.
Por su parte, Edna Osuna, directora senior de asuntos corporativos de Harbour Energy, llamó a ver el panorama completo de la transición, incluyendo los impactos sociales y ambientales de las tecnologías limpias.
“Un vehículo eléctrico requiere seis veces más minerales críticos que uno de combustión. No podemos hablar de transición energética sin considerar toda la cadena de valor y el impacto en las comunidades vulnerables donde se extraen estos recursos”, afirmó.
Desde la perspectiva del desarrollo industrial, Alfonso Solís, director de asuntos corporativos de Woodside Energy, resaltó el papel estratégico del proyecto Trion, ubicado en aguas ultra profundas del Golfo de México, y subrayó el compromiso de la empresa con la reducción de emisiones y la eficiencia operativa.
“Trion es un proyecto crucial para el desarrollo energético de México. Nuestras instalaciones están diseñadas para maximizar la eficiencia y minimizar el impacto ambiental. Como empresa apuntamos a reducir las emisiones netas y alcanzar la meta de cero emisiones en 2050 o antes”, indicó.
Andrés Brugmann, socio de la firma SL Intelligence, afirmó que excluir a los hidrocarburos de la conversación es un error estratégico.
“La transición energética no significa abandonar los hidrocarburos, sino producir más, contaminando menos. Hay que reducir emisiones de metano, electrificar operaciones con sistemas solares y para eso se requieren incentivos regulatorios para todos los actores del mercado”, subrayó.
Los panelistas coincidieron en que la clave es un enfoque realista, basado en ciencia y tecnología, que permita avanzar hacia un modelo energético más limpio sin sacrificar seguridad energética, competitividad ni desarrollo social.
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