El desarrollo de la electromovilidad ha sido particularmente lento porque no se han dado las circunstancias ni de política, infraestructura y voluntad para que se pueda avanzar más rápido en el tema, consideró Susana Cazorla, socia fundadora de SICEnrgy & Madero.
En dimensiones, México cuenta con un parque vehicular de aproximadamente 50 millones de vehículos con motor a combustión interna, mientras que hay solo 425 estaciones de recarga para vehículos eléctricos e híbridos en todo el país.
“Incluso si estas estaciones contaran con cargadores de última tecnología capaces de recargar el 80% de una batería en 20 o 30 minutos, solo podrían atender a 20 mil unidades, mientras que actualmente hay cerca de 45 mil vehículos de este tipo,” expuso Cazorla.
En su visión la falta de una política regulatoria específica ha frenado el desarrollo de más estaciones de carga y ha generado un problema adicional: la mayoría de los propietarios de vehículos eléctricos deben cargar sus autos en casa, lo que puede llevar a sobrecarga en la red eléctrica y un aumento en la factura energética.
Por otro lado, Karla Cedano, académica multidisciplinaria, argumentó que, para avanzar hacia la movilidad eléctrica, es esencial implementar incentivos.
Cedano también mencionó modelos de negocio innovadores, como la sustitución de baterías en lugar de la recarga continua, que han demostrado ser efectivos en países como China, India y Alemania.
En materia de regulación ambas expertas coincidieron en la necesidad de contar con una normativa coherente y eficaz.
Cazorla criticó la falta de consistencia en la política energética y de transporte, pues por una parte se impulsa una movilidad ‘verde’ pero al mismo tiempo se apoya el modelo de los combustibles a través del Sistema Nacional de Refinación.
“Hablar de electromovilidad es inútil si la matriz energética no supera el 30% de energía limpia,” advirtió Cazorla.
En tanto, Cedano subrayó que debe haber congruencia en la regulación. “Es crucial que el Estado ponga orden y establezca estándares para proteger a los consumidores y evitar la proliferación descontrolada de infraestructuras de carga,” enfatizó.
Alternativas
En este mismo espacio Beatriz Marcelino, directora de Grupo Ciita resaltó la necesidad imperiosa de aprovechar los yacimientos de gas natural ubicados en Tamaulipas y otras regiones del norte del país.
“Es un momento oportuno para maximizar el uso de nuestros propios recursos. No tiene sentido importar más del 60% del gas natural”, refutó.
Además del gas natural, el desarrollo de proyectos relacionados con biometano y biogás está ganando terreno, sin embargo, aún existe una brecha significativa en la regulación de estos combustibles.
Las tres panelistas coincidieron en que solo con un enfoque holístico y un compromiso firme de todos los sectores involucrados, México podrá superar los obstáculos actuales y alcanzar un futuro más verde y eficiente en movilidad.
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