La española Iberdrola contrató al banco de inversión Barclays para vender su portafolio restante de 15 centrales de energía renovable en México, valoradas en unos 4 mil 700 millones de dólares, según reporta el medio El Confidencial.
Este movimiento marca un paso definitivo en su retiro del mercado mexicano, motivado por preocupaciones sobre la estabilidad legal y fiscal del país. Energy21 pidió una postura a Iberdrola, pero la empresa no contestó al cierre de esta nota.
La operación sucede en un ambiente de creciente confrontación desde el sexenio del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, quien impulsó una reforma eléctrica que pretendía revertir partes clave de la reforma de 2013, favoreciendo explícitamente a la CFE sobre empresas privadas, limitando el autogeneración y otorgándose facultades para suspender contratos privados.
Las empresas privadas, como Iberdrola, reclamaron discriminación regulatoria y falta de certidumbre legal.
En abril de 2023, Iberdrola llegó a un acuerdo con el gobierno mexicano para vender 13 plantas de generación eléctrica (12 ciclos combinados y un parque eólico) con una capacidad conjunta de 8 mil 539 MW, por aproximadamente 6 mil 200 millones de dólares.
Esta operación permitió a la CFE incrementar su participación en generación del 39% a más del 55%, lo que el propio López Obrador celebró como una “nueva nacionalización” de la industria eléctrica nacional.
No obstante, la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) impuso en su momento condiciones estrictas, pues la operación pasó a ser administrada por un fideicomiso privado denominado Mexico Infrastructure Partners, en lugar de CFE, para cumplir con normas de competencia. Esto limitó el control directo estatal sobre las nuevas plantas.
La reforma eléctrica aprobada en el sexenio de la actual Presidenta Claudia Sheinbaum da trato prioritario a la CFE, y la cataloga como empresa preponderante, lo que significa que ninguna compañía podrá tener una participación mayor que la estatal. Tampoco se considerarán monopolio ninguna de sus actividades en el mercado, lo que pone en desventaja a las empresas privadas y reduce el atractivo para invertir y permanecer en México.
La intención venta de centrales renovables, reportada por El Confidencial, evidencia una nueva etapa en la estrategia global de Iberdrola, que busca apostar por mercados más predecibles.
La demanda internacional por mejores retornos y menor riesgo regulatorio la ha llevado a reorientar su capital hacia Estados Unidos y Reino Unido, donde prevé desplegar inversiones substanciales en infraestructura eléctrica estables y reguladas.
Iberdrola ha refrendado su compromiso con México en renovables, con proyectos que sumarían más de 6 mil MW renovables, sin embargo, la salida progresiva y la venta activa de sus activos en el país parecen indicar una retirada ordenada de su presencia industrial directa, al menos en generación.
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