Actualmente la sostenibilidad, la eficiencia energética y las acciones de lucha contra el cambio climático, son temas prioritarios que están en la agenda de todos los países como consecuencia de las necesidades que globalmente se han identificado y los estándares promovidos por las organizaciones internacionales.
México no es la excepción y debido a los constantes retos del crecimiento económico que atravesamos, estamos en una búsqueda permanente de estrategias que nos permitan abastecer nuestra demanda energética de forma eficiente, ahora con el reto de hacerlo de manera sustentable.
En este contexto, el gas natural emerge como un agente clave para garantizar un futuro sostenible, no obstante, se requiere establecer una alianza entre la molécula y el electrón para proporcionar energía limpia, eficiente que impulse el desarrollo económico y la reducción de emisiones.
Cuando hablamos de energía, todos podemos tener una posición al respecto y lo que me ha tocado presenciar es que usualmente tomamos una postura hacia una sola solución: el futuro es de las renovables, o que la mejor opción es la energía nuclear, o que jamás dejaremos los fósiles, pero casi siempre coincide con un esto o aquello. Sin embargo, cada día estoy más convencida que la respuesta correcta es con una “Y”. Es decir, que se trata de varias soluciones trabajando juntas, lo que se conoce como una matriz diversificada: nuclear y renovables y gas natural y gases verdes.
No podemos negar la relevancia histórica y económica que la producción de petróleo y su industria energética del país, fuertemente vinculada a los combustibles fósiles, pero también es imperante buscar complementar con otro tipo de energías que ofrezcan un balance en materia de sustentabilidad y que además, también puedan aprovechar los recursos naturales que nuestra geografía nos ofrece, es por eso que el gas natural lleva años posicionándose como un recurso que fortalece el mix energético y que alimenta, sobre todo, al sector industrial de México.
El gas natural ha mantenido su posición como el combustible más consumido en sectores industriales en México desde 2014. De hecho, su participación en la matriz energética continúa en aumento y actualmente supera el 48 por ciento en la canasta energética del país. (CEPAL, 2022).
Oportunidad única
El gas natural constituye una oportunidad excepcional en el contexto mexicano, al ser un recurso que no sólo aporta a la sostenibilidad ambiental, sino que también impulsa el crecimiento económico del país. Esta doble función lo convierte en un activo de gran relevancia que no podemos dejar de considerar.
De hecho, debido a su abundancia en la naturaleza, su menor precio comparativo y su menor impacto ambiental, este energético debería de ser la base del consumo industrial en nuestro país, siendo una solución económica accesible que además puede brindar la confiabilidad y seguridad que el sistema eléctrico requerirá con la migración a generación con energías renovables.
No sólo respalda el crecimiento de la industria, sino que también disminuye los gastos energéticos tanto para las empresas como para los consumidores, lo que repercute directamente en la mejora de la calidad de vida de la población.
Es por esto que es importante tomar las oportunidades únicas que nos presenta el gas natural en México, que nos exige mantener el foco en una planificación estratégica, inversión en infraestructura y un compromiso continuo con la sostenibilidad ambiental.
Como mencioné en un inicio no se trata de una única solución sino del beneficio que el uso del gas natural en conjunto con los renovables representa como oportunidad para el país. Si a ello sumamos el potencial de utilizar los residuos agrícolas, ganaderos e industriales para la producción de biometano que complemente esta opción y descarbonice el consumo térmico, se amplían aún más las oportunidades que tenemos como país.
Se trata de trabajar con una alianza entre la molécula y el electrón para alcanzar nuestros objetivos.
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Actualmente es Vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales y Sustenabilidad en ENGIE México.
Cuenta con 23 años de experiencia en la industria energética.