La banca mexicana se prepara para financiar una cartera de proyectos eléctricos por cerca de 10 mil millones de dólares, impulsados por un nuevo marco legal que abre el camino a la inversión privada en generación renovable, principalmente solar y eólica, dijo Alejandro De la Vega Solórzano, director ejecutivo de Banca Corporativa y de Empresas de Banco Multiva.
Durante un foro organizado por el IMEF, el directivo dijo que esta cifra corresponde a una capacidad instalada de hasta 6.4 Gigawatts que desarrolladores privados podrán implementar en el país en los próximos años.
“El tamaño de la oportunidad es enorme. La banca debe ser catalizadora de este esfuerzo porque entre el 70% y 80% del capital necesario para estos proyectos viene de financiamiento”, explicó el directivo.
De la Vega precisó que este volumen de capacidad representa una estimación conservadora y que, sumado a la generación distribuida, principalmente en techos solares, podría alcanzar hasta 12.4 Gigawatts, en un entorno donde México tiene el potencial de instalar hasta 70 Gigawatts en renovables gracias a su riqueza solar y eólica.
“El país cuenta con recurso solar en siete de las nueve regiones del sistema eléctrico nacional. Prácticamente en 40% del territorio se pueden instalar parques solares”, apuntó.
El directivo de Multiva consideró que el cambio regulatorio y la publicación de reglamentos secundarios antes del verano impulsarán una etapa de crecimiento similar a la vivida entre 2013 y 2018, cuando hubo un auge de proyectos privados tras la reforma energética.
“Hoy vuelve a haber reglas claras. Hay apetito de inversión y nosotros, como banca, ya estamos financiando nuestros primeros proyectos de electricidad en generación distribuida”, señaló.
De la Vega subrayó que la infraestructura será clave para alcanzar los compromisos climáticos de México, como reducir 22% las emisiones de gases de efecto invernadero al 2030, así como cumplir con los objetivos de 35% de energía limpia para 2024 que no se alcanzó y 43% para 2030.
Además, reconoció que los bancos enfrentarán desafíos, como la necesidad de esquemas financieros flexibles, incluyendo créditos puente cuando no haya contratos de compraventa de energía asegurados, y la evaluación cuidadosa de los nodos de interconexión a fin de evitar la saturación de la red.
“Los 6.4 Gigawatts es un objetivo planteado por el Gobierno. Es como cuando te fijan una meta en el banco: si te quedas cerca, ya fue un buen resultado. Pero el mercado podría ir más allá”, concluyó.
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