La propuesta de troquelado de cilindros de gas LP que alista la Comisión Reguladora de Energía (CRE) podría generar la aparición de cárteles de gaseros que afectarían la competencia en el sector, y condiciones de deterioro en los cilindros que implicarían riesgos para los consumidores, advirtieron asociaciones del gremio.
La CRE trabaja en un anteproyecto que propone el troquelado de cilindros, es decir, que las gaseras graben su marca en los cilindros, y que los consumidores solo puedan llenar ese envase metálico solamente con la empresa que ponga la marca, señala el documento “DACGS Intercambio de Cilindros Portátiles CRE”, al cual Energy21 tuvo acceso.
Bajo este esquema el consumidor pierde el derecho de disponer libremente de su cilindro portátil, obligándolo a adquirir su gas LP exclusivamente de la gasera cuyo nombre o marca comercial aparece marcado en el cilindro, y las gaseras que tengan celebrado un convenio de intercambio con la empresa en cuestión, detalla el análisis firmado por la Asociación de Distribuidores de Gas LP (ADIGAS), la Asociación de Distribuidores y Expendedores de Energía (ADEE), y la Asociación de Distribuidores de Gas LP del Nordeste (ASOCINOR).
Las asociaciones alertan diversos daños al mercado, pues señalan que se podrían generar cárteles de gaseras que realizarían pactos anticompetitivos con motivo de los convenios de intercambio.
“Las gaseras pueden agruparse a manera de cártel”con el objeto de perjudicar a su competencia”, detallan.
En este escenario los cárteles podrían excluir a otras empresas de los convenios a efecto de generar una ventaja comercial (por ejemplo, establecer una red extendida de vehículos de reparto entre los miembros de un convenio), lo que fomentaría un trato “preferencial” entre distintos miembros del convenio (con el propósito de afectar algún miembro).
También podría generarse un deterioro en la condición del cilindro portátil debido al constante corte y soldado de sus partes, que al tener que realizarse al menor costo posible, termina por debilitar la fuerza estructural de la lámina y las costuras del envase, por no mencionar que el acero utilizado para la realización de estas modificaciones no es el especificado en la norma sino acero genérico.
El esquema generaría un incremento en el costo de operación para las gaseras que tarde o temprano lleva a las empresas distribuidoras a buscar fuentes de financiamiento alternas o incluso indebidas como dar litros o kilos incompletos.
“El consumidor cansado de que no le den los kilos completos y que los envases estén en mal estado, buscará satisfacer su necesidad por otras vías, como el pigteleo en estaciones de carburación tanto legales como piratas”, advierten.
Se fomentaría la creación de talleres “clandestinos” para la realización de estas modificaciones que, dadas las condiciones precarias de su funcionamiento, ocasionarían importantes daños medioambientales.
“Los cilindros portátiles en su interior guardan residuos altamente contaminantes como el mercaptano, que con motivo del procedimiento de modificación son derramados generalmente en zonas rurales en el suelo silvestre”, alertan.
En el corto plazo desaparecerían los cilindros portátiles “genéricos” (dado que todos ellos se volverían troquelados); por lo que, todos los consumidores se volverían clientes “pseudo cautivos”, añaden.
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