El gobierno británico ha anunciado que los hogares que instalen paneles solares a partir de abril de 2019 deberán regalar su energía excedente a las compañías proveedoras de energía, lo que ha provocado rechazo de ambientalistas y la sociedad en general.
El 30 de agosto de este año, compañías de energía y ambientalistas se habían unido para enviar una carta al gobierno donde exhortaban a no eliminar la Tarifa de Alimentación, figura mediante la cual las compañías pagaban a los propietarios de inmuebles por su excedente energético, esto con el objetivo de “salvaguardar la confianza de los inversionistas en la industria solar británica y sus industrias adyacentes”. Esta solicitud había sido apoyada también por Sadiq Khan, alcalde de Londres.
El sector solar en Gran Bretaña es considerado un caso de éxito en países desarrollados, pues más de un millón de hogares y mil escuelas han adoptado la tecnología, pero esta nueva medida podría representar un obstáculo importante para continuar este crecimiento.
El Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial informó que la Tarifa dejaría de funcionar con el objetivo de minimizar los costos cobrados a los consumidores finales y añadió que esta figura no se alineaba con su actual estrategia industrial.
Se espera que el gobierno conservador de Theresa May apruebe una política substituta que siente las bases para un mercado en el que los proveedores sean libres de comprar los excedentes energéticos. Sin embargo, la situación política actual del país europeo previene que esta política sea una prioridad, por lo que los inmuebles que opten por adoptar generación solar después del próximo abril se verán obligados a regalar su energía hasta que esta nueva política sea publicada.
El gobierno realizó una consulta pública sobre el tema y obtuvo un 90% de oposición, argumentando un retraso en las acciones contra el cambio climático. La Asociación de Comercio Solar también criticó la decisión y la tachó de “un duro golpe para la industria”.
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