Tras la arrasadora ventaja de la presidenta electa Claudia Sheinbaum durante los pasados comicios del 2 de junio, hemos escuchado diferentes comentarios, opiniones y visiones sobre dicha victoria, y lo único cierto es que una mayoría de los mexicanos que salieron a votar refrendaron su apoyo al gobierno actual sin importar las razones ni los motivos de tal decisión.
Es así, como en cualquier escenario, queda reflexionar que más allá de las convicciones políticas que se tengan, todos debemos asumir un compromiso, aquel que permita a la nueva administración seguir adelante y poder llevar a buen término sus proyectos, lo que finalmente se traducirá en un sinnúmero de beneficios para todos.
El sector energético no debe quedarse fuera de este compromiso y como es bien sabido por todos, los últimos años no han sido los más favorecedores para avanzar en aras de alcanzar una transición energética justa y ha llegado el momento de reactivar las acciones encaminadas a retomar una agenda energética sostenible, en aras de potenciar de forma integral el sector, con base en un despliegue de energías renovables en donde el sector social juegue un papel preponderante y el sector privado se convierta en el respaldo y principal aliado que el gobierno tanto necesita.
Es el momento en que todos nos pongamos las pilas y trabajemos en el fortalecimiento de una agenda que fomente el desarrollo energético sostenible en donde todos tengan un espacio siempre y cuando prime el Estado de Derecho y los compromisos que ha adquirido nuestro País en el contexto internacional. El fortalecimiento del sector necesariamente requiere la coordinación de los diferentes actores con base en un marco de certeza jurídica y regulatoria que atraiga inversiones y permita el crecimiento del país con base en la posición estratégica que tenemos y que nos brinda el Tratado comercial con América del Norte, y el fenómeno del nearshoring.
No debemos dejar pasar la oportunidad de seguir creando lazos comerciales con nuestros vecinos del Norte, ni tampoco dejar de ver hacia el sur del continente que tantas oportunidades de crecimiento puede brindar. Ello, siempre y cuando, estemos conscientes de la responsabilidad que como mexicanos tenemos y que en este momento debemos dejar de lado nuestras preferencias e ideologías y centrarnos en el objetivo principal, consistente en fortalecer a México, convirtiéndolo en un foco de desarrollo regional. Recursos naturales, materiales y humanos tenemos; financieros, podemos obtenerlos si nos centramos en la creación de políticas claras, con acciones que requieren la participación de todos como piezas fundamentales en este rompecabezas que se llama crecimiento sostenible de nuestro país.
Sumemos esfuerzos y no dejemos que el coraje, frustración o expectativas ajenas a la realidad impidan el crecimiento que nos merecemos como mexicanos, y que sin lugar a dudas nos beneficiarán a todos permitiendo que el sector energético vuelva a colocarse como una pieza fundamental para armar el futuro que tanto anhelamos.
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La especialista es asociada senior en materia energética & ESG de Santamarina y Steta.