Cotemar es una empresa que ha comprendido que la sostenibilidad va más allá de los balances financieros. El compromiso con el entorno se refleja en iniciativas de voluntariado que son una extensión de sus valores corporativos. De esta manera, la empresa mexicana ha tejido una red de apoyo mutuo que transforma la industria y el medioambiente.
Bajo el liderazgo de Erika Rodríguez García, Coordinadora de Soporte Operativo, la iniciativa que hace una década marcaba los primeros pasos en responsabilidad social, hoy se ha transformado en un robusto programa que busca ser un puente entre la empresa, sus colaboradores y la sociedad.
“Es una enseñanza mutua porque se aprende mucho en los voluntariados; la comunidad también aporta mucho valor a nuestros colaboradores”, explica Erika.
Un compromiso multifacético
Desde su nacimiento a finales de 2022, el programa Voluntad Cotemar ha sumado casi 80 proyectos en áreas estratégicas de la comunidad, aunque Programa de Conservación de la Tortuga Marina es, sin duda, el más popular.
Cientos de voluntarios se suman a los biólogos para monitorear y reubicar nidos, además de participar en actividades como la limpieza de manglares, campañas de reciclaje y talleres de reutilización de materiales.
En el ámbito de desarrollo humano y social, Cotemar es fiel a su premisa de colocar al colaborador en el centro y ha diseñado un programa de tutorías en el cual, colaboradores con diferentes niveles académicos apoyan a sus compañeros para que acrediten sus estudios de secundaria y preparatoria.
De igual forma, el equipo Cotemar muestra su solidaridad a través de proyectos de salud, como campañas de donación de sangre o el apoyo al “boteo” de la Cruz Roja. Cabe señalar que la compañía también lleva su apoyo a las comunidades, realizando visitas a escuelas y centros de atención múltiple, donde los voluntarios conviven con los niños y les entregan donaciones que marcan una diferencia en sus vidas totalmente.
Un ejemplo del cambio
Para Josué Manuel Morales Urquiza, Superintendente Jurídico Legal, la labor que realiza Cotemar va más allá de un reconocimiento, sino que refleja 100% la responsabilidad social de la organización.
“El hecho de que Cotemar nos dé el espacio, los medios y el respaldo para participar como voluntarios en la preservación de la tortuga, no solo permite una acción social, sino que envía un mensaje claro y poderoso: el compromiso con el medioambiente no es un extra, ni un adorno corporativo, sino una parte integral de nuestra identidad”, subraya.
El mayor reto para la conservación, según Josué, es la conciencia humana. La falta de empatía, el desinterés por el hábitat y la contaminación por plásticos y residuos en las playas son las principales amenazas para las especies.
“No tienes la idea de la cantidad de basura que he encontrado en las playas”, lamenta.
Alianza exitosa
La efectividad de Voluntad Cotemar no solo se mide por las experiencias individuales, sino por el impacto en sus grupos de interés.
Patricia Huerta Rodríguez, Responsable de Conservación de Tortugas Marinas en el área de Protección de Flora y Fauna de la Laguna de Términos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), subraya que la contribución de Cotemar ha sido invaluable, especialmente en el aporte de capital humano. Los voluntarios de la empresa complementan al personal operativo de la CONANP, permitiendo que el trabajo se distribuya de una mejor manera.
Huerta Rodríguez coincide en que el verdadero valor de estas alianzas radica en el intercambio de conciencia. La conservación de las tortugas marinas es un vehículo para sensibilizar a personas que no están familiarizadas con el entorno natural.
“En estas oportunidades que tenemos de liberaciones, podemos sensibilizar a niños y adultos”, concluye.
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