Aunque el nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 marca un giro ambiental frente al sexenio anterior, sus metas enfrentan severos obstáculos estructurales, advierte BBVA Research.
El PND 2025-2030 plantea una agenda ambiental sin precedentes, con objetivos ambiciosos en transición energética, mitigación del cambio climático, restauración de ecosistemas y acceso universal al agua. Sin embargo, BBVA advierte que el cumplimiento de estas metas enfrenta serios desafíos presupuestales, institucionales y de coherencia en la política energética.
Entre las novedades del plan destaca la incorporación de seis objetivos específicos dentro del eje de “Desarrollo Sustentable”, centrados en soberanía energética, energías renovables, cambio climático, electrificación rural, conservación de ecosistemas y gestión del agua.
El documento de BBVA reconoce un “cambio positivo” respecto al sexenio anterior, en el que la sostenibilidad no figuraba como prioridad.
No obstante, el análisis también pone el dedo en la llaga: México busca aumentar su independencia energética apostando por los hidrocarburos, una estrategia que choca con los compromisos de descarbonización del país.
“La refinación en México es la actividad donde PEMEX pierde más dinero. Insistir en ella implica usar recursos que podrían destinarse a políticas sociales o ambientales”, señala el informe
Además, el Plan establece como meta aumentar la producción energética con fuentes renovables del 17.4% al 21.5% para 2030.
Sin embargo, BBVA advierte que esto sigue por debajo del promedio regional de América del Sur y Central (35.1%) y que el avance requerirá una fuerte inversión en infraestructura y modernización tecnológica
El documento subraya que la mayor parte de los objetivos ambientales están sustentados en uno o dos indicadores de desempeño, lo cual deja sin mecanismo claro de evaluación a muchas estrategias.
A ello se suman las restricciones presupuestales: el gasto federal en medio ambiente y agua ha caído 29.6% entre 2023 y 2025.
También se destacan contradicciones internas. Por un lado, el Gobierno promueve la expansión de la petroquímica para biofertilizantes, pero PEMEX no cuenta con experiencia ni tecnología suficiente para producirlos, lo que exigiría una transformación profunda de su modelo de negocio.
Respecto al cambio climático, México se ha comprometido a reducir sus emisiones netas de CO2 a 533 millones de toneladas para 2030.
No obstante, BBVA advierte que alcanzar esta meta será difícil si se mantienen los subsidios a los combustibles fósiles, los cuales además “benefician en mayor proporción a los hogares de ingresos medios y altos”.
Finalmente, el estudio subraya que el éxito del PND en materia ambiental dependerá de atraer inversión privada, de una mayor coordinación institucional y de alinear el resto de las políticas públicas con los objetivos de sostenibilidad.
“México tiene la oportunidad de liderar una transición energética incluyente y ordenada, pero necesita más que buenas intenciones para lograrlo”, concluye BBVA.
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