Entre 2014 y este año, la inversión en materia de infraestructura hídrica se desplomó 52% al pasar de 59.8 mil millones de pesos a 28 mil 420 millones de pesos, un nivel insuficiente para atender el estrés hídrico que sufre el país, señala un informe de BBVA.
“Si se analiza el periodo más reciente, tampoco hay señales de optimismo, ya que el presupuesto aprobado para 2025 representa una caída de 21.3% con respecto al monto para 2024, que fue de 36 mil 50 millones de pesos en términos reales”, destaca el análisis.
A lo anterior se añade que ya entre 2023 y 2024 hubo una disminución previa en el presupuesto en materia hídrica, del orden del 10.6%, acumulando dos años consecutivos de reducción presupuestaria, indica la entidad financiera.
Cabe destacar que el aumento en el presupuesto en materia hídrica observado entre 2021 y 2023 corresponde a la implementación de proyectos desarrollados durante la administración anterior, entre los cuales se encuentran el Proyecto Hidrológico de Tabasco (PROHTAB), el proyecto Agua Saludable para La Laguna y el Proyecto Ecológico Lago de Texcoco ([CEFP], 2022).
“De esta manera, es posible que el presupuesto en materia hídrica aumente en los próximos años en virtud de la prioridad de los nuevos proyectos, aunque las asignaciones dependerán en buena medida del estado general de las finanzas públicas durante el presente sexenio”, menciona BBVA.
A las fluctuaciones en el presupuesto asignado hay que agregar la situación institucional y de recaudación del sector hídrico en México, ya que el 57.5% de las tomas de agua en el país cuenta con medidor, lo cual permite conocer un mejor detalle la cantidad de agua consumida y el monto a pagar.
Sin embargo, el porcentaje varía ampliamente entre estados, puesto que mientras que en Nuevo León, Baja California, Querétaro, Chihuahua y Guanajuato el porcentaje de tomas con medidor supera el 80%, en estados como Nayarit, Tabasco y Tlaxcala el porcentaje no sobrepasa el 16%.
A ello hay que considerar que no todos los medidores descompuestos se reponen a la velocidad necesaria, por lo que el porcentaje de efectivo de tomas con un medidor funcional se reduce en aproximadamente 9 puntos porcentuales.
Alrededor del 70% del agua que se factura para abasto público en México se logra recaudar. En este aspecto, la mayor recaudación total la tiene la Ciudad de México, mientras que Tabasco destaca como el estado con menor recaudación.
Por otra parte, cuando se miden los porcentajes de recaudación versus facturación, Nuevo León se encuentra al frente con el 87.6%, mientras que en Colima apenas se logra recaudar el 32.1%. Dado lo anterior, puede inferirse que una mayor cobertura en medidores se ve reflejada también en mejores niveles de recolección, añade BBVA.
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