Un consorcio de 27 ingenieros y científicos que representan a una docena de universidades estadounidenses han desarrollado un plan para construir paneles solares, generadores eólicos e infraestructura acuática a lo largo de tres mil 200 km de la frontera México-Estados Unidos, según reveló un reporte de Scientific American.
El plan, que también incluye plantas de desalinización y plantas de gas natural, prevé la contratación de mano de obra de ambos lados de la frontera y el uso del agua obtenida para reactivar la industria agropecuaria de la región. La actividad comercial que traería como consecuencia podría generar, potencialmente, cientos de miles de trabajos.
Los autores de la idea ya la presentaron a representantes del congreso estadounidense la semana pasada. “Reunamos a los mejores científicos e ingenieros para crear una nueva manera de lidiar con la migración, el tráfico ilegal y el acceso al agua. Éstas son regiones de sequías severas. La oferta de agua es un tema importante para el futuro de todos los estados fronterizos de ambos países”, dijo Luciano Castillo, profesor de energía en la Universidad de Purdue y líder del equipo detrás del plan.
La propuesta espera también atraer a la iniciativa privada para realizar parte de la inversión requerida. Esto tendría como consecuencia que los dueños de las instalaciones se encargaran de su seguridad, lo que aunado a los esfuerzos gubernamentales reduciría el problema de la migración ilegal y generaría todavía más empleos.
Castillo explicó que el plan también funciona a nivel político, pues satisface la agenda demócrata de energía renovable, expuesta en el Green New Deal, mientras que ataca la preocupación republicana de aumentar la seguridad en la frontera. “Ambos partidos podrían ganar. Sería ganar-ganar también para México y Estados Unidos. Esta idea podría inspirar una conversación completamente nueva acerca de la frontera. Y eso es algo que necesitamos”, remató.
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