Convertir a Petróleos Mexicanos (PEMEX) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en empresas públicas del Estado, afectará el desempeño financiero de ambas compañías estatales y las hará más dependientes del apoyo gubernamental, advirtió la calificadora Moody´s
“Su énfasis en garantizar el suministro de energía del país sin tener en cuenta los costos o las ganancias podría debilitar el desempeño financiero de ambas compañías”, dijo Moody’s Ratings.
La reforma aprobada por el Congreso de la Unión contempla cambios a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, revirtiendo la reforma energética de 2013 y estableciendo una nueva denominación y objetivos legales tanto para Pemex y CFE.
De este modo, el principal objetivo de las estatales será garantizar el suministro energético como un servicio público, y no necesariamente generar el mayor valor posible para el Estado, dijo la calificadora.
“El papel de las empresas será garantizar el suministro energético del país sin importar costos ni beneficios”, indicó.
Moody´s consideró que los mercados energéticos que se abrieron a partir de 2013 nunca se desarrollaron completamente, y desde 2018 ha crecido el apoyo del Gobierno a PEMEX y la elevada dependencia de la petrolera respecto a esas inyecciones de capital.
La petrolera ha recibido en promedio 9 mil millones de dólares anuales entre el 2019 y el 2023 y es muy probable que el costo se eleve, dadas las necesidades financieras de la compañía.
“Proyectamos que las necesidades de efectivo de Pemex se duplicarán con creces a alrededor de 19 mil millones de dólares para 2026 (incluidos vencimientos de deuda y necesidades operativas de efectivo)”, añadió Moody’s.
En el caso de la CFE, Moody’s no considera la necesidad de apoyo financiero extraordinario para cumplir con sus obligaciones, pero espera que continúe recibiendo transferencias directas del Gobierno para compensar los subsidios tarifarios que en 2023 representaron el 12% de los ingresos totales.
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