En la primera quincena de marzo de este año el 83.7 por ciento de los municipios del país contaban con algún nivel de sequía, por lo que este problema se ha incrementado desde el nivel de 69 por ciento que se observaba en 2016, detalla un informe de HR Ratings.
“En el periodo de tiempo analizado para este año, únicamente 396 municipios de los 2 mil 430 analizados se encontraron sin sequía, mientras que en la primera quincena de 2016 esta cifra era de mil 670”, indica el análisis.
Los efectos del cambio climático, la falta de planeación en la administración del agua y las escasas lluvias han provocado que la mayoría de las presas del país registren los niveles más críticos en los últimos años.
HR Ratings advierte que el 20.7 por ciento del total de municipios analizados a nivel nacional se encontraron en niveles de intensidad de sequía de D3 y D4, es decir, sequía extrema y excepcional.
Esto contrasta con los resultados de 2016, en donde únicamente Baja California y Oaxaca reportaron municipios en dichos niveles de intensidad, y solo el 0.8 por ciento del total de municipios analizados de todo México contaron con esos niveles de sequía.
Las cinco entidades con mayor proporción de sequía en niveles D3 y D4 fueron las siguientes: Querétaro (100 por ciento), Chihuahua (94 por ciento), Sinaloa (77.8 por ciento), San Luis Potosí (77.6 por ciento) y Sonora (75 por ciento).
“Es importante que las entidades encargadas de suministrar el agua realicen inversiones para mejorar la tecnología hidráulica haciendo más eficientes las redes de distribución de agua potable y minimizando las fugas de agua”, destaca HR Ratings.
Asimismo, las inversiones en captación y almacenamiento de agua de lluvia, así como los procesos de desalinización son prácticas necesarias, principalmente para las temporadas de sequía que, con el cambio climático, cada año son más prolongadas y se presentan en la mayoría de los municipios del país.
Además, se necesita realizar campañas educativas y programas de sensibilización sobre la importancia de conservar el agua, adoptar prácticas responsables entre la población, el sector privado y público es necesario para tener un cambio de comportamiento hacia el cuidado del agua.
“Es importante recordar que la falta de este recurso puede tener un impacto financiero relevante en las industrias que dependen de él, así como un impacto para los municipios que ya cuentan con escasez y cuentan con intensidades elevadas de sequía”, añadió.
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