Seis de cada 10 hogares están dispuestos a cambiar su estilo de vida para tomar medidas que procuren el cuidado del medio ambiente, como un consumo energético más eficiente, usar menos el automóvil o reciclar residuos, revela un estudio de la OCDE.
El análisis se basó en encuestas a más de 17 mil hogares dentro de los países que integran a la organización, incluido México, y reveló que 65 por ciento indican que están dispuestos a hacer concesiones personales en su estilo de vida en beneficio del medio ambiente.
“Sin embargo, para muchos de los encuestados estos compromisos no deben suponer un coste económico; el 63 por ciento de los encuestados está de acuerdo en que las políticas medioambientales no deben imponer dinero extra”, indica.
Aproximadamente el 40 por ciento de los encuestados se mostró de acuerdo con ambas afirmaciones, lo que apunta a un posible reto para los gobiernos a la hora de aplicar medidas del lado de la demanda.
“Esta encuesta muestra que la disponibilidad, la asequibilidad y la conveniencia son los principales factores que impulsan a las personas a tomar decisiones respetuosas con el medio ambiente, y que aún queda mucho margen de mejora”, declaró Jo Tyndall, Director de Medio Ambiente de la OCDE.
“Los gobiernos deben tratar de eliminar los obstáculos a las opciones sostenibles y mejorar los incentivos para tomar estas decisiones. Los hogares necesitan un mayor acceso a todo tipo de opciones más sostenibles”, abundó.
En materia de consumo energético, el 92 por ciento consideró que es más probable adoptar medidas de ahorro que requieren poco esfuerzo, como apagar las luces al salir de una habitación, que comportamientos más difíciles de adoptar, como reducir al mínimo la calefacción o el aire acondicionado.
“La adopción de las energías renovables y la eficiencia energética es más limitada incluso cuando hay opciones disponibles. Entre los hogares en los que la instalación es posible, menos de un tercio ha instalado bombas de calor (30 por ciento), paneles solares (29 por ciento) y baterías (27 por ciento)”, señala la OCDE.
La mayoría de los hogares siguen utilizando coches propulsados por combustibles fósiles, y el 75 por ciento afirma que al menos un miembro del hogar utiliza uno con regularidad.
Entre los usuarios habituales del coche, el 54 por ciento afirma que conduciría menos si el transporte público fuera mejor, por ejemplo, si fuera más barato, más frecuente o estuviera más extendido.
“La falta de infraestructuras de recarga parece seguir siendo un obstáculo para la adopción de vehículos eléctricos: el 33 por ciento de los encuestados afirma que no hay estaciones de recarga en un radio de 3 km de su domicilio”, añadió la OCDE.
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