México se endeudará con 66 mil 500 millones de pesos para pagar alrededor del 60 por ciento del valor de las plantas de electricidad que le comprará a la española Iberdrola, informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
De esta forma, el país se seguirá endeudando a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió desde el inicio de su gobierno que no recurriría a más financiamiento, para sufragar los costos de su administración.
Hacienda informó que los costos del crédito serán soportados por los flujos del proyecto, y que contará con la participación de la banca de desarrollo (Banobras, Nacional Financiera y Bancomext), además de que los grandes bancos en México se han ofrecido a brindar financiamiento “porque saben que se trata de una operación bastante atractiva”.
El financiamiento será posible porque hay certidumbre de flujos ya que las plantas generan sus propios ingresos. El capital invertido se recuperará en 10 años, indicó.
Otros 45 mil millones de pesos que deberá pagar el gobierno serán una aportación de la Secretaría de Hacienda, vía el Fonadin, con lo que tendrá el control de los activos y del vehículo financiero establecido para dicha operación.
Informó que el costo total de esta compra es de 5 mil 943 millones de dólares, cifra sujeta a verificación del estado de las plantas y al ajuste final.
El titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, expresó que en esta estructura de operación en la que Fonadin es el adquiriente, se dará un contrato a la empresa Mexico Infrastructure Partners (MIP), especializada en administración de fondos de infraestructura y energía.
El MIP será así la encargada de la operación del vehículo (contratos y pagos) en nombre de los inversionistas.
Es una empresa 100 por ciento mexicana que administra inversiones por cerca de 4 mil millones de dólares y es la más grande en Latinoamérica, además de que cuenta con una amplia experiencia trabajando con Fonadin.
La operación, aseveró, conlleva varias ventajas ya que, además de que amplía la generación de la CFE a 55 por ciento, con una capacidad de 52.7 Gigawatts, cuando la demanda pico en el país es de 48.1 GW, se garantiza el flujo interno ya que la CFE genera utilidades operacionales, y al mismo tiempo dividendos, “y eso es lo que se tomó en cuenta para esta adquisición”.
Ramírez de la O añadió que, de acuerdo con el memorándum de entendimiento firmado, a partir del 1 de enero todos los flujos de ingreso de las 13 plantas adquiridas se acumulan a favor del Estado, con lo que se tiene un incentivo adicional para cerrar la compra con prontitud.
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