Las intoxicaciones y muertes por monóxido de carbono, un gas conocido también como el “asesino silencioso”, se intensifican en la época invernal por el uso de estufas, anafres o fogatas para calentar los hogares, por lo que la gente debe evitar estas prácticas, dijo Jorge Sandoval, director de la Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN).
“Si las estufas o los hornos no están bien calibrados, liberan monóxido de carbono y ponen en riesgo la vida de las personas. Son aparatos que no están hechos para calentar una habitación”, explicó el directivo en entrevista con Energy21.
El monóxido de carbono es un asesino silencioso porque no tiene olor, color, sabor y no genera irritación en los ojos ni en la nariz, pero provoca una intoxicación que puede derivar en fallecimiento, explicó Sandoval.
El gas genera ciertos síntomas como mareos, náuseas, pérdida de conciencia o desmayo, dependiendo del tiempo de exposición, alertó.
Tan solo en 2018 hubo 305 fallecimientos por intoxicación en el país, en donde 219 casos fueron por monóxido de carbono, es decir, poco más del 70 por ciento. En 2019 fueron 477 fallecimientos, detalló el director de la AMGN.
El uso de estufas, hornos y fogatas para calentar hogares se suscita con mayor frecuencia en lugares donde hace más frío y generalmente en zonas apartadas y rurales, en donde no hay total presencia de otros servicios básicos como electricidad.
“En muchas ocasiones se incurre en estas prácticas por falta de conocimiento, por eso es importante difundir las medidas de prevención y hacer campañas de concientización”, afirmó Sandoval.
El directivo explicó que es más recomendable abrigarse bien en los hogares en lugar de utilizar estos aparatos, y en los lugares donde se use leña debe de ser un espacio abierto y nunca en lugares donde no exista ventilación.
Sandoval también recomendó que las personas realicen inspecciones y mantenimiento periódico a sus estufas y hornos para detectar posibles fugas.
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