Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) deben aprender a equilibrar su responsabilidad social con sus deberes como empresas que pretenden tener ganancias, y el primer paso debe ser tener transparencia en el objeto y política de propiedad de la empresa, consideró María Fernanda Ballesteros, Coordinadora del área de regulación y competencia de México Evalúa.
La investigadora explicó que la publicación proactiva de los objetivos de ambas empresas, sobre todo aquellos relacionados a intereses públicos y actividades no comerciales son básicos para que los accionistas (todos los mexicanos) seamos capaces de juzgar si las decisiones tomadas durante el último periodo son las mejores desde el punto de vista de la generación de valor económico.
Entre estas actividades no comerciales, Ballesteros señaló a la red de hospitales de Pemex como un buen ejemplo, pues tiene un costo muy alto y existirían formas más económicas de brindarle servicios de salud a sus empleados.
“Lo relevante es reconocer que en este periodo de transición debió haber habido mucho más información sobre cómo se iba a transformar de una empresa a otra cosa completamente distinta, y ese no es el caso. Lo más grave es que no se difundan estas actividades y cuáles son sus justificaciones”, declaró.
La investigadora explicó también que existe un problema de productividad en estas empresas, lo que representa un riesgo importante. Como ejemplo: Pemex requiere de 4 veces más empleados que Copetrol de Colombia y 6 veces más empleados que Equinor de Noruega para obtener la misma producción.
“Tiene que haber una estrategia en este sentido que se debe de difundir: establecer los objetivos y ver cómo van los resultados. ¿Por qué? Porque es algo que nos interesa a todos, que estas empresas puedan ser más productivas y cumplan con su objeto”, finalizó Ballesteros.
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