Durante los próximos 15 días, los legisladores mexicanos estudiarán la propuesta que entregó Carlos Urzúa, secretario de Hacienda y Crédito Público, el sábado pasado en el Congreso de la Unión, sobre el Presupuesto 2019 que estima un gasto de 5.8 billones de pesos.
Urzúa reconoció que, ante una economía global poco favorable, su equipo ha optado por un presupuesto conservador y prudente. “Tenemos que redireccionar el gasto posible a dos asuntos: capital humano e infraestructura pública”, dijo.
Las prioridades del Gobierno mexicano están orientadas hacia los programas que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció en sus primeros 15 días como presidente. Las secretarías de Energía, Defensa, Educación, Trabajo, Turismo y Bienestar (antes conocida como Desarrollo Social) recibieron la mayor parte de la atención en la propuesta.
El nuevo Gobierno calcula que el próximo año, México crecerá 2 por ciento, la inflación se establecerá en 3.4 por ciento, el tipo de cambio se ubicará en 20 pesos por dólar y el precio del petróleo será, en promedio, 55 dólares por barril.
Uno de los objetivos de AMLO es recuperar la producción petrolera a 1.8 millones de barriles diarios -actualmente es de 1.7 millones-, en los próximos 12 meses, por lo que lanzó también este sábado el Plan Nacional para la Producción de Hidrocarburos.
El Presidente no ha ocultado su deseo de que Petróleos Mexicanos (Pemex) tome las riendas del futuro energético del país. La empresa productiva del Estado consiguió un aumento en su presupuesto del 14 por ciento, mientras que el organismo encargado de supervisar los contratos privados generados tras la Reforma Energética del expresidente Enrique Peña Nieto, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), sufrió un recorte del 30 por ciento.
Los diputados mexicanos tienen hasta el 31 de diciembre para aprobar el Paquete Económico.
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