En alianza informativa con A21.
Las aerolíneas nacionales incrementarán hasta en 750 millones de pesos anuales sus costos por el consumo de turbosina tras la entrada en vigor de las nuevas tarifas por almacenamiento de combustible publicadas por la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) y la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) externaron su inconformidad con las nuevas tarifas, al considerar que no promueven una verdadera competencia en el mercado.
Incluso, “las condiciones actuales están dadas para perpetuar a ASA como agente monopólico en la comercialización del combustible de aviación en México, pues no existe incentivo alguno para que las aerolíneas decidan contratar a un proveedor diferente”, señalan los organismos.
A través de una carta que fue dirigida al comisionado presidente de la CRE, Guillermo García Alcocer, los tres organismos advirtieron que las tarifas no reflejan los apuntes que la industria hizo durante su análisis.
“Los precios publicados por la CRE son producto de un análisis incompleto, que sólo consideró parcialmente los comentarios entregados por esta industria. Las tarifas finales son significativamente más altas que las propuestas”, apuntaron la IATA, ALTA y Canaero en la misiva.
El 16 de agosto pasado, la CRE dio a conocer las nuevas tarifas para el servicio de almacenamiento de combustibles que Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) cobrará a terceros por el uso de sus instalaciones en 60 estaciones que tiene en los aeropuertos del país.
La publicación de las nuevas tarifas corresponde al proceso de apertura del mercado de la turbosina impulsado por la reforma energética para que nuevos participantes compitan con ASA en el sector de servicios a las aerolíneas que operan en el territorio nacional.
“Actualmente, las aerolíneas pagan cerca de 600 pesos más por metro cúbico (de combustible) que en otros aeropuertos como el de Chicago. Esto representa 5% del costo adicional en la operación de vuelos internacionales”, agrega el documento.
El impacto, de acuerdo con la IATA, ALTA y Canaero, será mayor en el costo de los vuelos domésticos “debido a la mayor carga impositiva aplicable en México”.
“El resultado final generará sobrecostos para las aerolíneas y presiones a la alza en las tarifas para los pasajeros”, en caso de que algún nuevo operador decida arrendar a ASA las instalaciones para el almacenamiento de turbosina.
A las tarifas publicadas aún deben sumarse las que la Secretaría de Hacienda y Crédito Pública defina para los servicios into-plane para la carga de combustible en los aviones, actividad que ASA detenta y podrá subcontratar a terceros a cambio de un cobro adicional.
Para la IATA, ALTA y Canaero, las tarifas publicadas atentan contra el espíritu de la reforma energética, “que busca promover la entrada de competidores para beneficio de los usuarios finales” y solicitan que se reconsideren y reflejen las condiciones de equilibro de mercado, además de tomar en cuenta las prácticas internacionales.
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