En lo que va de este sexenio la producción de combustóleo en las refinerías de Pemex creció 41 por ciento, superando el crecimiento de 22 por ciento observado en la producción de gasolinas.
Según las estadísticas petroleras de la compañía, entre el cierre de 2018 y 2023 la producción de combustóleo pasó de 185 mil barriles por día a 260.3 mil barriles diarios en promedio, es decir que se multiplicó por 1.4 veces.
En contraste, la elaboración de gasolinas avanzó de 207 mil barriles por día a 252 mil barriles diarios en promedio durante el mismo periodo de tiempo, multiplicándose por 1.2 veces.
Además, la elaboración de gasolinas en 2023 registró una caída de 7 por ciento al compararlo con 2022.
“El combustóleo representa ya casi una tercera parte de los productos de la refinación y eso se debe a que las refinerías no están actualizadas tecnológicamente, se necesita una reconfiguración más ambiciosa pero no hay recursos”, opinó Oscar Ocampo, líder de Proyectos de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Explicó que Pemex enfrenta cada vez más complicaciones para colocar el combustóleo en el mercado, ya que una parte se destina a generación eléctrica en centrales térmicas convencionales, otra parte puede venderse a refinerías en Estados Unidos y una mínima porción se va al consumo de buques, aunque el mercado es cada vez más limitado.
El combustóleo es un residuo derivado del proceso de refinación que tiene impacto negativo en el medio ambiente y que se usa cada vez menos como combustible, por su alto potencial contaminante.
“Contiene un alto porcentaje de azufre; en las refinerías se utiliza en los calentadores a fuego directo y se debe mantener en tanques con altas temperaturas”, explicó Jocelyn Soto, experta de Greenpeace.
Dijo que este material implica altos costos económicos, de salud, ambientales y por sus emisiones de gases efecto invernadero permanece en desuso.
“El combustóleo produce partículas de dióxido de azufre. Este gas forma sales que pueden ser transportadas en el ambiente y que, en ambientes húmedos, pueden formar ácidos. La exposición a sulfatos como a los ácidos derivados del dióxido de azufre es peligrosa para la salud debido a que ingresan directamente al sistema circulatorio humano a través de las vías respiratorias”, añadió.
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