Contraria a la apuesta del Gobierno federal por fortalecer a Petróleos Mexicanos (Pemex) y convertirla en una verdadera empresa productiva del Estado, el futuro para ésta desde la perspectiva de la calificadora Moody´s Investors Service, es que gradualmente sea una empresa que termine por achicarse.
“Estamos hablando de una empresa que si no puede invertir, no va a descubrir más petróleo y va a producir menos. Hablamos de una empresa que se achicaría paulatinamente”, consideró en el marco del Encuentro Internacional de Energía México 2022, Nymia Almeida, senior vicepresident en Moody´s.
En su intervención habló sobre la gran dependencia entre el Gobierno y la petrolera del Estado para poder pagar sus cuentas, y todavía más desafortunado aún, el cómo su deuda no ha tenido reducciones en comparación de otras compañías también lideradas por el Estado.
“Petrobras en 2015 debía 160 billones de dólares, hoy debe 60 de los cuales 10 son arrendamientos por lo tanto su deuda neta financiera es de 50 billones, además en este periodo pagó 40 millones de dólares de dividendos y es una empresa de Gobierno; Ecopetrol también pagó muchos dividendos aunque incrementó su deuda”, contrastó Almeida.
“Hay empresas que están pagando sus deudas y están pagando dividendos… están aprovechando para reforzar sus balances; no es aceptable que una empresa con buenos precios de mercado, con volúmenes aceptables no esté ganando lo suficiente”, añadió.
Recordó como desde 2018, la calificadora consideró como una estrategia perdedora la intención del Gobierno por disminuir las exportaciones en pro de dejar el petróleo en México para producir combustible asumiendo que la producción de hidrocarburos fuera a crecer; a 4 años de distancia, la plataforma de producción no ha crecido y continúan las pérdidas en refinación con excepción de este año.
“Es un negocio que no es eficiente”, destacó Nymia.
En su óptica, a Pemex le hace falta intención de largo y mediano plazo y no es sólo en esta administración, es un tema que se viene arrastrando de Gobiernos anteriores, apuntó.
“La contribución es menos evidente a las finanzas públicas pero si no hay intención de hacer cambios, no sólo por las finanzas y por el ambiente, no se va a hacer nada nunca”, sostuvo.
Sobre la pregunta de qué mejoras tendría que haber para mejorar la calificación actual de Pemex, Almeida respondió que el principal problema es que no hay dinero para pagar proveedores, para pagar la deuda ni pensiones.
“Después de una disminución de deuda y pago de dividendos, lo que se tiene que ver es una intención y un plan de ejecución en el largo plazo”, afirmó.
Almeida compartió panel con Oscar Ocampo, coordinador de Energía del Instituto Mexicano Para la Competitividad (IMCO), Ana Ana Lilia Moreno, coordinadora de Regulación y Competencia de México Evalúa y con Fluvio Ruíz Alarcón, exconsejero de Pemex.
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