La presencia del crimen organizado y el narcotráfico han complicado a Pemex el desarrollo de la Cuenca de Burgos y la extracción de aceite y gas de lutitas en la zona, advirtió Isidro Morales Moreno, experto del Baker Center for Energy.
Durante un webinar organizado por la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (Amespac), el especialista mencionó que toda esa franja está dominada por el narco, y ha sido una de las razones por las que Pemex se ha enfrentado dificultades para para la explotación de recursos no convencionales, además de la falta de presupuesto.
Consideró que ante la distorsión que se ha observado en el mercado energético que ha elevado los precios del gas natural por la guerra entre Rusia y Ucrania, México podría optar por abrir el mercado de shale gas para reducir la alta dependencia de las importaciones.
“México es importador de gas natural, es una gran vulnerabilidad y ningún país europeo tiene una alta dependencia como la de México frente a Estados Unidos”, destacó.
Sin embargo, advirtió que ante esta situación el mercado de shale gas podría abrirse de manera desesperada y discrecional.
Además, consideró que la presencia del narcotráfico podría intensificar los problemas en la zona.
“Eso pudiera desalentar la inversión de las compañías, o a ver qué empresas podrían entrar, o si son los mismos narcos que entrarían con sus propias compañías”, indicó.
Destacó que se ha suscitado casos en que las bandas del crimen organizado han secuestrado a los trabajadores de Pemex en la región.
La Cuenca de Burgos se ubica en el noreste de la República Mexicana entre los estados de Tamaulipas y Nuevo León.
Esta cuenca cubre una superficie de 73 mil 800 kilómetros cuadrados, con 650 kilómetros de largo, desde Piedras Negras en el Norte hasta la costa en el Sur, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
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