Un día como hoy pero de 2015 se llevó a cabo la primera de cuatro convocatorias de la denominada Ronda 1 , una licitación pública internacional de contratos petroleros que oficializó la entrada de capitales privados (nacionales y extranjeros) al sector de exploración y extracción de hidrocarburos nacional en el marco de la Reforma Energética impulsada por el entonces presidente de México Enrique Peña Nieto.
En aquella ocasión, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), puso a disposición de contratistas privados 14 áreas contractuales localizadas en aguas someras del Golfo de México, dentro de la provincia petrolera Cuencas del Sureste frente a las costas de Campeche, Tabasco y Veracruz, una zona bastante explorada y con el mayor porcentaje de producción acumulada del país.
De este modo, el porcentaje de la participación del Estado en la Utilidad Operativa fue de 55.99 por ciento y 68.99 por ciento respectivamente, cuando la dependencia financiera esperaba mínimo el 40 por ciento en los dos bloques. En tanto, el incremento en la inversión con respecto al Programa Mínimo de Trabajo fue de 10 por ciento para ambos contratos suscritos bajo la modalidad de producción compartida.
Lo bueno
La celebración de la Ronda 1.1 sin duda alguna representó un hito para la industria petrolera tras ponerle fin al monopolio que por décadas ejerció la empresa productiva del Estado, es decir, Pemex.
A la par mostró el gran apetito internacional de empresas como Statoil E&P México, Eni International, E&P Hidrocarburos, Servicios Pan American Energy o Petronas Carigali International, entre otras, por explorar el territorio nacional.
El 11 de julio de 2017, el consorcio liderado por la petrolera estadounidense Talos Energy anunció el descubrimiento de un yacimiento en el área contractual 7 gracias a la perforación del pozo exploratorio Zama-1 con un tirante de agua de 166 metros y una profundidad programada de 4 mil 400 metros debajo del nivel medio del mar, autorizado por la CNH el 20 de febrero de ese año.
En su primer informe, el grupo privado precisó que se trataba de aceite de 30 grados API con gas asociado con una estimación inicial de mil 360 y 2 mil millones de barriles.
Con ayuda de dos pozos delimitadores, el consorcio definió mejor el potencial de recursos del descubrimiento Zama y una posibilidad de yacimiento compartido con la asignación contigua AE-0152-Uchukil, a cargo de Pemex se hizo sonar.
Lo malo
A seis años de distancia, el sector hidrocarburos mexicano atraviesa por una transformación en su política energética a cargo del presidente actual, Andrés Manuel López Obrador quien desde su llegada frenó las rondas petroleras 3.2 y 3.3, ésta última dedicada a los recursos no convencionales existentes en el país.
En el caso específico del descubrimiento de Zama, el Gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación fue claro en su interés por operar el campo e incluso aseguró desde enero 2020, poseer la mayor parte del yacimiento; sin embargo, no llevó a cabo la perforación del pozo exploratorio Asab-1EXP para corroborar su premisa.
Podría interesarte: Pemex confirma disputa por la operación de Zama con Talos Energy
Sin más detalles, Pemex informó en mayo de este año a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) que tras un estudio se concluyó que la petrolera estatal es dueña del 50.43 por ciento del yacimiento y al consorcio privado el 49.57 por ciento restante, hecho confirmado semanas después por el consorcio de Talos.
Hoy por hoy, la disputa por quién operará el campo podría escalar al Poder Judicial luego de que la Secretaría de Energía (Sener) decidiera entregarle la operación de Zama a Pemex sin transparentar los argumentos que llevaron a la dependencia a tal decisión.
Te sugerimos: Entrega de Zama a Pemex, un balazo en el pie: Kenneth Smith
Comenta y síguenos: @Da_Loredo @Energy21Mx