Las actividades de exploración en los pozos Tangram-1 y Nerita-1 podrían implicar prácticas de fracking, así lo indicó la Alianza Mexicana Contra el Fracking, pues búsquedas de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) no detectan información pública sobre los pozos.
La Alianza refirió que en el pozo Tangram-1, se inyectaron alrededor de 25 mil 808 metros cúbicos de agua y se alcanzó una profundidad de cuatro mil 426 metros, en tanto que en el Nerita-1, el uso de agua fue de 13 mil 39 metros cúbicos de agua en una profundidad de cuatro mil cien metros, además han registrado sismicidad inducida en zonas aledañas.
Ante esta situación, en octubre de 2018 el Secretariado de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) recibió la petición SEM-18-003 (Fracturación Hidráulica en Nuevo León), donde le solicitaban iniciar una investigación sobre el tema, pues el gobierno mexicano está incurriendo en prácticas que afectan al medio ambiente.
De manera específica, la Alianza detalló que las principales omisiones son a la Ley Federal del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente con relación a la obligación de presentar la MIA, así como las medidas de seguridad necesarias para cuidar el medio ambiente.
Asimismo, destaca el incumplimiento a las normas de la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental y el Reglamento de la Ley General de Prevención y Gestión de Residuos.
La CCA tiene en sus manos la posibilidad de impulsar las investigaciones necesarias y notificar al Estado Mexicano las normas que se han incumplido en estos pozos, por lo que la Alianza Mexicana Contra el Fracking hizo un llamado a la Comisión para comenzar el proceso necesario, ya que la fractura hidráulica es una práctica prohibida en nuestro país por las implicaciones negativas que representa.
Comenta y síguenos @josemartin_mx @Energy21Mx