La plataforma nacional de crudo concluyó el pasado mes de junio en un millón 595 mil barriles diarios, cifra incluso menor a la reportada por Pemex en noviembre de 1979 cuando Pemex produjo 1 millón 610 mil barriles diarios, la peor producción de petróleo en México de las últimas cuatro décadas.
De acuerdo con el informe mensual sobre producción y comercio de hidrocarburos publicado este lunes, el total alcanzado entre Pemex y sus socios durante el séptimo mes del año es 4.54 por ciento menor al registrado en el mismo periodo de 2019 por un millón 671 mil barriles diarios y 6.3 por ciento menor al volumen producido en abril 2020.
En mayo y junio pasados, Pemex programó un recorte de 100 mil barriles por mes como parte de su acuerdo con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) por lo que el promedio fue de un millón 610 mil barriles diarios, sin embargo, se esperaba que a partir de julio la producción superara la barrera de los 1.7 millones de barriles al día.
Para cumplir con el pacto internacional la petrolera mexicana cerró diversos pozos marinos, los cuales toman tiempo en volver a retomar su producción, señaló el analista independiente del sector energético, Arturo Carranza quien además consideró que hubo una falta de estrategia y planeación para el cierre de los mismos.
“Cuando se hizo el recorte no hubo una idea clara de qué proyectos debían de cerrarse; no se consideró cuántos, cuándo y hasta cuándo podrían mantenerse inactivos sin perjudicar la producción nacional futura, sin hablar de los costos que le genera al mismo Pemex por el cierre y apertura de los pozos”, explicó a este medio.
Carranza atribuyó el bajo resultado obtenido en julio a dos factores adicionales: la relación actual con los proveedores y al clima, factor que en ocasiones Pemex ha reconocido como un obstáculo para incrementar su producción.
Para Ramses Pech, analista y asesor de la industria energética, el decremento en la plataforma de crudo nacional obedece a una falta de dinero en el presupuesto de Pemex ya que el gasto generado para la reactivación de pozos no estaba contemplado.
“Tiene un costo considerable el volver a abrir los pozos cerrados; Pemex está en el dilema de reactivarlos o realizar perforaciones que le ayuden a incrementar la producción”, dijo.
Señaló que empresas de servicio a pozo cobran por hacer ese tipo de servicios, pero que la situación de no pago entre Pemex y sus proveedores genera incertidumbre.
“El tiempo que se tarden en re abrir los pozos será el que tarde en elevarse la producción”, apuntó.
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