Como medida de protección a sus finanzas, diversas empresas del sector petrolero han comenzado a reducir los planes de inversión y gastos, sin embargo, Pemex se planeta acciones contrarias a este escenario.
De acuerdo con Ramsés Pech Razo asesor en energía y economía, la decisión de la empresa productiva del Estado se debe a que la producción de barriles está presupuestada por el gobierno mexicano y, contrario a la iniciativa privada, no pide dinero a instituciones bancarias.
En este sentido, destaca que en operaciones, Pemex no puede ser austero pero sí en cuestión administrativa y de contratos, tal como lo señaló el director general Octavio Oropeza durante la ceremonia conmemorativa de la Expropiación Petrolera, con el ajuste de 625 millones de pesos por trimestre en el gasto administrativo y el ahorro de por lo menos cinco mil millones de pesos en las contrataciones de este año, son esfuerzos insuficientes para el contexto actual.
Por su parte, Arturo Carranza consultor independiente del sector energético, reconoce los esfuerzos sobre la reducción de gastos en los rubros antes mencionados, pero considera que son insuficientes por la situación que atraviesa el sector petrolero.
Detalla que las acciones a nivel mundial tienen como fin que los precios bajos se prolonguen; por lo que las decisiones de la empresa productiva del Estado podrían ocasionar un incremento de la deuda, la reducción del flujo de efectivo y el aumento de inversión en proyectos con menos producción.
“Si Pemex no toma decisiones de manera rápida, le sucederá lo que en el 2014 y 2015, cuando se incrementó su deuda y, en el contexto que vive la empresa actualmente, ya no puede hacer eso porque su situación es más compleja y su margen de acción es más estrecho”, señaló el analista.
Para mediar la situación, destaca que debe considerar un ajuste a su presupuesto de inversión y seleccionar los mejores proyectos, es decir, aquellos en los que deba invertir menos y pueda obtener mejores flujos de efectivo.
Entre los proyectos resaltó el de Ku Maloob Zaap, Ayatsil y Xanab, pues son los campos que aguantan la mayor producción de Pemex con inversiones no tan grandes, ya que le permiten mantener un volumen considerable en la producción de crudo.
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