Además de las plantas de proceso, servicios auxiliares y almacenamiento que Pemex dividió en seis paquetes de licitación para la construcción de una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, la petrolera nacional considera infraestructura externa que será suministrada por Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y, por su puesto, Pemex Logística.
Así lo planteó la empresa productiva del Estado dirigida actualmente por Octavio Romero Oropeza en su Plan de Negocios presentado ayer, en el cual quedó planteada la participación de su similar en la séptima refinería de México cuya capacidad de refinación será de 340 mil barriles de crudo tipo Maya.
Según la versión sin censura del Plan de Pemex, la eléctrica nacional deberá reubicar algunas de sus líneas, proveer de infraestructura para servicios de agua desmineralizada; suministro de energía eléctrica y vapor, además, contempla una interconexión y sincronización con la red eléctrica de CFE.
El proyecto requerirá que Conagua aportará infraestructura para el suministro de agua cruda y para el tratamiento de aguas municipales; en tanto, la SCT se espera que dote de infraestructura ferroviaria que servirá para el suministro de catalizadores y el desalojo de productos como el coque o el azufre. Adicionalmente será necesario un muelle e instalaciones portuarias y la integración con vías de comunicación (carreteras, servicios o derechos de vía).
Su empresa productiva subsidiaria, Pemex Logística será responsable de un oleoducto para el suministro del crudo y también de una terminal de almacenamiento y reparto de productos, la cual será por terceros.
Hasta junio pasado, el proyecto había concluido con diversos estudios, entre ellos, el de localización y caracterización de bancos de materiales terrestres, impacto social, topografía, batimetría y lidar; igualmente se presentó ante la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (Asea) el Estudio Técnico Justificativo del cambio de uso de suelo forestal, así como la Manifestación de Impacto Ambiental y Estudio de Riesgo Ambiental.
La actual administración ha defendido la construcción de este complejo en Tabasco bajo la premisa de ampliar la capacidad de refinación mexicana que traerá como beneficio un aumento en la oferta de producción nacional de gasolina y diésel de 280 mil barriles diarios, con generación adicional de propileno y subproductos: azufre y coque.
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