La actual estrategia de fracking del gobierno británico es inviable, pues provocaría emisiones de carbono similares a la entrada de casi 300 millones de autos nuevos al parque vehicular, por lo que sería un gran obstáculo para alcanzar las metas de reducción adquiridas a través de acuerdos internacionales, todo esto de acuerdo a un estudio publicado por el Partido del Trabajo.
De acuerdo al estudio si el plan del partido Conservador prosperara, las emisiones de carbono emitidas a la atmósfera durante la explotación de gas serían equivalentes a 286 millones de autos o 29 plantas generadoras a base de carbón. La propuesta ya ha provocado resistencia social y ha sido derrotada en la corte, con oposición de municipios de ambos partidos.
Esta propuesta conservadora comprende la reducción de “zonas de amortiguamiento” entre pozos y áreas residenciales. La demanda consideraba “la falla del gobierno al no considerar los efectos al cambio climático y la evidencia científica que los respalda”. El veredicto del juez Ian Dove significa que futuras demandas pueden utilizar el cambio climático como una razón para objetar nuevos permisos de fracking, facilitando así nuevas campañas en contra de estos.
Además, el plan energético sufrió un golpe aún más importante cuando el juez Dove sugirió que el gas obtenido a través del fracking dejara de ser considerado como un “energético de bajas emisiones”, lo que reduciría aún más la tasa de éxito de nuevos desarrollos con base en esta tecnología.
Jeremy Corbyn, líder del Partido del Trabajo, ha adelantado que su gobierno prohibiría el fracking “de una vez por todas”, en favor de energías renovables que podrían significar más de 400 mil empleos nuevos en el país.
En octubre del año pasado, la compañía británica Cuadrilla tuvo que detener sus operaciones cerca de la ciudad de Blackpool debido a un terremoto que excedió los límites considerados “seguros”. Este movimiento telúrico fue el número 17 en los once días de operación del pozo antes del paro. De acuerdo con el periódico The Guardian, cada uno de los dos días de retraso en las obras costó alrededor de 94 mil libras (dos millones 362 mil pesos).
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