Petróleos Mexicanos (Pemex) no miente. Hay gasolinas y diésel para abastecer la demanda en México, solo que además de sus terminales, recurre a un almacenamiento flotante que está generando sobrecostos que se elevarán si no se planea y ejecuta una política de distribución logística a la brevedad.
Por un día que un barco no pueda ingresar a descargar combustibles a un puerto, el sobrecosto oscila entre los 25 y 30 mil dólares, de acuerdo con especialistas consultados por T21. Solo el día de ayer se registraban 24 barcos fondeados en espera de ingresar a descargar a dos puertos.
De acuerdo con la programación de arribo de buques de la Administración Portuaria Integral (API) Tuxpan, ayer estaban fondeados nueve barcos cargados con fluidos petroleros en espera de turno para entrar al puerto, procedentes prácticamente todos de Texas, Estados Unidos, en su mayoría del puerto de Houston.
Por Tuxpan se importa casi el 60% de las gasolinas del país procedentes de Estados Unidos y se abastece por ducto a la Ciudad y el Valle de México, a través de las terminales terrestres de Pemex.
Por otro lado, la programación del arribo de buques de la API Coatzacoalcos registraba hasta ayer 15 barcos en el área de fondeo en espera de ingresar al recinto portuario de Pajaritos para ser atendidos, procedentes casi todos, al igual que en Tuxpan, de Estados Unidos.
En ambos casos, en la página de internet MarineTraffic, que ubica la posición de los buques a nivel mundial vía satélite, se puede cotejar la presencia de estos almacenes flotantes de hidrocarburos en los puertos de Tuxpan y Coatzacoalcos, aunque no hay información específica sobre qué tipo de productos petroleros contienen.
De hecho, Mitchel Dehesa, Director de Negocios Downstream Oil & Gas en SGS México, quien radica en Coatzacoalcos, confirmó a T21 la presencia de barcos fondeados en ambos recintos.
“Yo radico en Coatzacoalcos y veo varios barcos fondeados. Básicamente el asunto de los barcos fondeados y la no descarga depende de dos factores importantes: el primero es la capacidad de las terminales de Pemex para recibir el producto; y el segundo, que es el más importante ahorita, es el nivel de retiro de producto de esas terminales hacia otros puntos, que permita ir liberando espacio para hacer más maniobras y por ende más descargas”, detalló en entrevista.
Añadió que la capacidad instalada de las terminales marítimas de Pemex se encuentra rebasada, aunque lo preponderante ahora es restablecer el flujo de los ductos como el Tuxpan-Azcapotzalco, colapsado y ordeñado por los llamados huachicoleros y cuyo bombeo es prácticamente nulo.
“La capacidad instalada en Tuxpan está totalmente llena porque no han estado bombeando, la única manera de retiro de ese producto es por vía ducto. Hoy por la mañana (ayer) amanecieron 11 barcos fondeados con tres millones 300 mil barriles de producto, sí lo hay, lo que no hay es logística o transporte suficiente para internar ese producto al país”, enfatizó Mitchel Dehesa.
Ante este panorama, el especialista de SGS México detalló que, si bien la construcción de más terminales portuarias especializadas en hidrocarburos podría ayudar a incrementar los espacios para almacenamiento de producto, de poco serviría si de la mano no se desarrolla también infraestructura carretera, ferroviaria y de ductos que coadyuve en la internación de los combustibles hacia el resto del país.
Ramsés Pech, Asesor de Energía y Economía, sostuvo que por cada día que un barco permanece fondeado en aguas mexicanas en espera de entrar a puerto se genera un sobrecosto de 30 mil dólares que Pemex transferirá a los consumidores.
“Deben estar entrando casi cuatro barcos por día, porque en noviembre de 2018 el 80% de lo que entró (gasolina) es por buques tanque, entonces debemos suponer que son 1 millón 200 mil barriles, estamos hablando de 900 mil barriles que entran por puertos y casi 800 mil barriles por el Golfo, la mayoría por Tuxpan, posiblemente ahorita tenemos un retraso por el problema del ducto de Tuxpan-Azcapotzalco”, coincidió y además exhortó a su pronta reactivación.
En ese sentido, también hizo hincapié en la necesidad no solo de acelerar la construcción de terminales portuarias de hidrocarburos, sino de generar una red más eficiente de distribución interna de ductos, puesto que los actuales, además, están culminando su vida útil, la cual se ve comprometida aún más con los actos vandálicos.
Asimismo, Ramsés Pech sostuvo que “esta es la primera alarma que nos acaban de dar por el mercado, por no tener infraestructura, y los mercados solo aceptan una alarma, la segunda es una crisis”, al referirse a la seguridad energética que abarca solo tres días promedio de almacenamiento nacional y la incapacidad de las terminales actuales marítimas en la recepción de productos.
Arturo Carranza, especialista en energía de Mercury LLC, detalló a su vez que el problema de saturación en las terminales portuarias se pudo haber dado a raíz de un incremento en la demanda del producto, pues se comenzaron a importar mayores volúmenes.
“A partir de que se empezaron a presentar problemas de abasto y distribución en el país el gobierno ha empezado a incrementar el abasto de combustibles lo que implica la necesidad de importar más gasolinas, probablemente diría que sí hay cifras de cuando empezó el 20 de diciembre que se presentara con claridad esta crisis de abasto, el gobierno metía 118 millones de litros de gasolina y ahora 128 millones, 10 más, este incremento implica que baje más gasolinas de Estados Unidos, el principal punto de donde se traen las gasolinas”, dijo.
Comentó también que el desarrollo de infraestructura por parte de privados puede ayudar a resolver los problemas de almacenamiento y elevar la seguridad energética con la que se cuenta en el país.
Sobre este hecho, Pablo Zárate, Director de Pulso Energético va más allá y detalla que el Gobierno de México debe crear un plan nacional de seguridad energética que evidentemente deberá incluir a la infraestructura portuaria.
“La seguridad energética de nuestro país es muy endeble, algo que debería pasar en paralelo es que debería hacerse un plan nacional de seguridad energética que explique cómo nos vamos a posicionar ante las crisis, o algún imprevisto, deberíamos tener vías que nos permitan adaptarnos a una contingencia”, mencionó Zárate.
Finalmente, los especialistas consultados coincidieron en que, si bien el transporte marítimo de cabotaje realizado por Pemex representa un área de oportunidad para el transporte de los combustibles, un aumento significativo en volúmenes no será benéfico si no viene acompañado de mayor infraestructura de ductos para internar las mercancías.
Información publicada en alianza con T21. Con información de @BetoZanela
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