Los 2.1 millones de barriles de almacenamiento disponibles en los tanques de hidrocarburos en el puerto de Tuxpan no serán subastados sino hasta la entrada de la nueva administración, según reporta la compañía de información energética S&P Global Platts.
La subasta de los tanques estaba planeada para ocurrir en conjunto con la finalización del gasoducto Tuxpan-Tula, que actualmente está siendo construido por IEnova y TransCanada. Esta infraestructura permitiría la liberación de capacidad en los tanques, por lo que serían ofrecidos a terceros para almacenar combustibles ligeros y, eventualmente, crudo.
El proyecto ha despertado oposición de distintos grupos civiles, principalmente comunidades indígenas en la sierra poblana, que han intentado detener el avance por la vía legal e incluso con bloqueos físicos, pues alegan que están siendo despojados de sus tierras injustamente. Los múltiples obstáculos han causado un retraso de dos años en la finalización de la obra.
La Comisión Federal de Electricidad informó a S&P, a través de un correo electrónico, que la subasta sería detenida hasta la entrada del nuevo gobierno, con el objeto de asegurarse que tuvieran “luz verde para seguir adelante”. La obra fue agenciada a TransCanada en 2015 por 500 millones de dólares.
De acuerdo con el comunicado de prensa original, el gasoducto “proveerá de gas natural a las centrales generadoras de electricidad de ciclo combinado de la CFE en los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo al igual que a las regiones Centro y Occidente del país. El gasoducto proveerá tanto a nuevas plantas de generación de electricidad, como a aquellas que actualmente operan con combustóleo y que serán convertidas para usar gas natural como combustible base”.
Es incierto lo que este retraso signifique para la construcción del gasoducto, pues uno de los reclamos de los manifestantes es que la obra se está expeditando para evitar que el próximo gobierno revise la validez de los contratos.
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