La energía solar térmica, utilizada para calentar agua en hogares, hoteles, hospitales e industrias, representa en México un mercado mayor al de la generación distribuida fotovoltaica, aseguró Marisol Oropeza, fundadora de Heat Changer y vocera de Intersolar Mexico.
De acuerdo con datos que comparte, la capacidad instalada de sistemas solares térmicos alcanza los 4 mil 800 megawatts, mientras que la de generación distribuida fotovoltaica se ubica en 4 mil 400 megawatts. La especialista subraya que se trata de una realidad poco conocida, ya que estas cifras no suelen difundirse en medios nacionales, sino en reportes internacionales especializados.
La solar térmica cumple la misma función que un boiler, pero con energía limpia: calienta el agua para duchas, albercas, lavanderías y servicios de limpieza en el sector residencial y de servicios, además de cubrir procesos industriales que demandan calor.
En los hogares sustituye el gas LP o natural en baños y cocinas; en los hoteles y hospitales reduce la factura energética al abastecer piscinas y duchas; y en la industria disminuye drásticamente el consumo de gas en procesos como pasteurización de lácteos, teñido textil, limpieza o producción química y farmacéutica.
“Un sistema solar térmico industrial no siempre reemplaza al 100% una caldera de gas, pero puede reducir su consumo hasta en un 80%”, explicó Oropeza.
Como ejemplo, menciona que algunos hospitales del IMSS logran ahorros de hasta 4.5 millones de pesos anuales gracias a estos sistemas.
En términos de aplicación, el mercado se concentra principalmente en el sector residencial, que concentra alrededor de dos terceras partes de las instalaciones en el país. Le siguen las albercas, con un poco más de una quinta parte, mientras que los sectores industrial y de servicios, incluidos hospitales, universidades y hoteles, representan una participación menor, aunque con un potencial de crecimiento mucho mayor.
Para Oropeza, este desequilibrio es natural en un mercado en desarrollo: primero se extiende entre los hogares, apoyado por programas como la Hipoteca Verde de Infonavit, y después comienza a abrirse camino en la industria y los servicios, donde los proyectos requieren mayor nivel de especialización técnica.
La vocera de Intersolar destaca que la solar térmica ofrece ventajas importantes frente a la fotovoltaica, pues es capaz de aprovechar hasta 80% de la radiación solar para generar calor, mientras que la tecnología eléctrica alcanza un máximo de 30%.
Además, sus periodos de amortización son cortos, de entre tres y cinco años, con sistemas que funcionan durante dos décadas o más con un mantenimiento mínimo.
“Si una empresa gasta más en gas que en electricidad, la inversión más inteligente es instalar solar térmica, porque cubre la mayor parte de su consumo energético”, asegura.
Entre 2016 y 2024 se instalaron 273 sistemas solares térmicos industriales, la cifra más alta a nivel global. Estos proyectos incluyen plantas de alimentos y bebidas, fábricas textiles, laboratorios farmacéuticos, complejos automotrices y hasta minas.
Sin embargo, este liderazgo se mantiene en gran medida en la sombra, pues muchas empresas no publicitan sus sistemas por razones de confidencialidad.
“El desconocimiento es uno de los principales obstáculos. La gente no sabe que esta solución existe, que funciona y que es rentable”, lamentó Oropeza.
A pesar de esa invisibilidad, las expectativas de crecimiento son positivas. A nivel internacional, encuestas de la agencia alemana Solrico anticipan que entre 2025 y 2027 se instalarán al menos 277 proyectos industriales de energía solar térmica en distintas regiones del mundo.
Se trata del mayor pronóstico de los últimos ocho años y confirma que la descarbonización de procesos mediante tecnologías solares térmicas gana cada vez más espacio en las agendas corporativas. En México, los proyectos confirmados todavía son pocos, pero la tendencia apunta a un aumento conforme más industrias incluyan esta tecnología en sus estrategias de sostenibilidad.
El avance de este sector, sin embargo, enfrenta dos grandes retos. Por un lado, se requiere mayor capacidad de instalación especializada, con ingenieros y empresas capaces de diseñar proyectos a la medida de procesos industriales complejos. Por otro, es necesario dar a conocer los casos de éxito que ya existen en el país para convencer a más corporativos de que se trata de una opción confiable y rentable.
“Tenemos el potencial, la tecnología y los proyectos funcionando. Ahora necesitamos visibilizarlos y profesionalizar aún más al sector”, concluyó Oropeza.
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