Pemex representará un reto fiscal para el próximo gobierno, ante las débiles finanzas de la petrolera y la alta dependencia que tiene de los apoyos del Estado, señala un reporte de S&P.
“Dado el débil estado de las finanzas de Pemex y nuestra expectativa de que cualquiera que sea el próximo gobierno continuará respaldando el pago de su deuda, persiste la posibilidad de que haya presión sobre la calificación soberana”, señaló.
La forma en que el próximo gobierno aborde la trayectoria fiscal general de México, en que decida el apoyo a Pemex, en que aborde la política en el sector energético y organice la gestión de Pemex probablemente afectará las calificaciones tanto
Explica que Pemex ha estabilizado su producción en un millón 875 mil barriles diarios de petróleo crudo, un aumento de 5 por ciento en 2023 respecto a 2022, pero esto se debe en parte al aumento de la producción de crudo mediante la incorporación de nuevos campos al portafolio (aunque con altas tasas de declinación).
“La cartera de Pemex se compone principalmente de campos maduros, que requieren mayores inversiones para mantener los niveles de producción”, destacó.
Además, las continuas pérdidas en eficiencias operativas hacen que el sistema nacional de refinación funcione a menos del 50 por ciento de la capacidad instalada.
“Las actividades de refinación son costosas y registraron un margen variable negativo de 3.53 dólares por barril en el cuarto trimestre de 2023”, indicó.
Como resultado, a pesar de los volúmenes ligeramente mayores de exploración, y producción (upstream), el precio de referencia cayó, arrastrando el crecimiento de los ingresos y la generación de EBITDA de la empresa.
“Por lo tanto, los flujos de efectivo siguieron bajo presión y el apalancamiento se mantuvo alto en 2023“, menciona.
Adicionalmente, Pemex enfrenta importantes vencimientos de deuda en los próximos años. El soberano, que recurrió a los mercados internacionales a principios de 2024, incluyó por primera vez una partida presupuestaria para cubrir casi todos los pagos de amortización de 2024, alrededor de 11 mil millones de dólares.
Sin embargo, el pago de la deuda de Pemex seguirá siendo una fuente de tensión en 2025 y 2026, con vencimientos por 6 mil 800 millones y 10 mil 500
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