Los apoyos económicos que Pemex recibe del gobierno federal, son “incentivos perversos” porque no le generan la necesidad de mejorar su situación financiera, dijo Gabriela Siller, directora de análisis de Grupo Financiero Base.
“El problema de Pemex seguirá presionando las finanzas públicas, siendo uno de los principales riesgos de recorte en el largo plazo para la calificación crediticia de la deuda soberana de México”, detalla la experta en un análisis.
Recirdó que Pemex es una de las petroleras más endeudadas a nivel global, con una deuda de aproximadamente 110 mil millones de dólares que equivale a 4 veces su EBITDA, cifra que está muy por encima del promedio del sector.
“Si Pemex fuera una empresa privada habría vendido parte de sus activos para pagar la deuda y bajar el nivel de endeudamiento. También haría más esbelta su estructura para bajar costos”, destaco.
Siller mencionó que la petrolera no tiene grado de inversión por lo que le cuesta muy caro emitir deuda en los mercados financieros internacionales, es decir, que adquiere créditos a tasas más altas.
“Es importante agregar que los apoyos del gobierno a Pemex funcionan como incentivo perverso y alejan a la empresa de cualquier esfuerzo por mejorar su situación financiera”, añadió.
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