El sector energético mexicano tiene tres desafíos de corto plazo que debe atender: el crecimiento en la demanda eléctrica, el rezago en infraestructura de transmisión y distribución, y el cambio climático que ha generado las altas temperaturas y abundantes sequías actuales, señala un análisis del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
El consumo neto nacional del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en 2022 fue de 333 mil 662 GWh, lo que representó un aumento del 3.4 por ciento en comparación con el año anterior, detalla el organismo
En el periodo 2023-2037, el consumo neto de energía eléctrica en México se incrementará a una tasa promedio anual del 2.5% en un escenario base; lo que significa que para 2037, el consumo será de aproximadamente 479 mil 987 GWh, 44% más que el observado en 2022.
Según el SEN, los sectores en los que se espera un mayor incremento en consumo son la empresa mediana, gran industria y agrícola, con tasas de crecimiento del 3 por ciento, 2.8 por ciento y 2.8 por ciento en el corto plazo, respectivamente.
Por otro lado, entre 2015 y 2022 la Sener instruyó a CFE Transmisión y CFE Distribución a la construcción de 318 proyectos de infraestructura eléctrica para la ampliación y modernización de la Red Nacional de Transmisión (RNT) y las Redes Generales de Distribución (RGD) del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM): 192 proyectos de transmisión y 126 proyectos de distribución.
“Sin embargo, al cierre de 2022 solo se había concretado la construcción de 30 proyectos que representan el 9.4 por ciento del total, 9 de transmisión y 21 de distribución”, detalla el IMEF.
A pesar de la importancia de las redes de transmisión para la transición energética, entre 2020 y 2022 la longitud de las líneas de transmisión se incrementó solo 0.17 por ciento (188 km): pasó de 110 mil 497 km en 2020 a 110 mil 685 km en 2022.
“Esta situación ha sido constante desde la reforma al sector en 2013. En el fondo, las obras no necesariamente reflejan las prioridades de los planes de negocio de las subsidiarias de transmisión y distribución”, destaca.
Por otro lado, detalla que entre 2021 y 2022 la generación de energía limpia en el país se redujo 1.8 por ciento, lo cual se atribuye parcialmente a la caída de la generación de energía eólica y solar fotovoltaica que tuvieron una disminución de 3.6 por ciento y 4.6 por ciento.
En 2022 la electricidad generada con baja huella de carbono representó 26.1 por ciento del total, 1.4 puntos porcentuales menor a la proporción observada en 2021 27.5 por ciento.
“Un punto importante de esto es que la cifra está por debajo de la meta establecida en la legislación nacional y en el Acuerdo de París, que estipula un 35% de generación eléctrica mediante tecnologías limpias para 2024”, añade el IMEF.
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