Con la muerte de los organismos reguladores, como resultado de las desafortunadas reformas de Morena, también quedan sepultados los 931 mil millones de pesos que esas instituciones generaron en beneficios para los mexicanos.
Esos beneficios traducidos en ahorros y eficiencias en pro de los consumidores podrían cubrir casi la mitad de las pérdidas por 2 billones de pesos que PEMEX tuvo en todo el sexenio. De esa dimensión fue el aporte de los reguladores.
Con argumentos demagogos e ideológicos que no tienen sustentos económicos ni técnicos, Morena aprobó reformas para extinguir siete organismos reguladores como el IFT, la COFECE, la CRE y la CNH, entre otros.
Ricardo Monreal, uno de los integrantes más dogmáticos y demagogos en la ideología de Morena, y quien es el principal impulsor de estas reformas, argumenta que la desaparición de los reguladores se basa en el principio de austeridad y de ahorros para el Estado.
Pero lo que no menciona Monreal son los beneficios económicos que generaron esos organismos que superan los costos por 4 mil millones de pesos que representan esas instituciones al año.
El IFT es el organismo que más resultados tangibles generó para los consumidores: Una caída de 30 por ciento en los precios de los paquetes de internet y telefonía, la eliminación de los cobros por llamadas de larga distancia nacional, del roaming, la aparición de nuevas telefónicas que operan bajo un modelo virtual, la licitación de una tercera cadena de TV y de nuevos canales locales.
Antes de la creación del IFT el paquete más barato de renta mensual oscilaba en torno a los 500 pesos y ofrecían 500 megas, hoy hay paquetes de recarga que ofrecen datos ilimitados por menos de 300 pesos al mes.
Los beneficios generados por el IFT desde su creación en 2014 ascienden a 805 mil millones de pesos. Su desaparición no solo sepulta a una institución sino a toda una reforma cuyo eje principal era el usuario.
La COFECE generó beneficios de por lo menos 36.2 mil millones de pesos. Sus casos más emblemáticos fueron las multas contra los taxistas que se coludieron para no permitir la competencia en el AICM, además de las sanciones contra las AFORES o las multas por las colusiones en las compras de medicamentos del IMSS.
Quizás el error más grande de la COFECE fue que en algunos casos su actuar fue muy lento, como en el caso de falta de competencia en el mercado de gas LP en donde tardó 4 años en resolver.
Los beneficios de la CRE no están tan a la vista, ya que el regulador nunca se ocupó por generar las estadísticas que sí aportaron el IFT o la COFECE.
El dato disponible es el de 57 mil millones de pesos en ahorros que la CRE generó por el control de precios en gas LP. Para el resto de los sectores que regula no hay estadísticas actualizadas.
La CNH es un caso particular porque se trata de un organismo que no tiene impacto directo en el usuario final, ya que se encarga de vigilar el cumplimiento de los contratos petroleros que fueron licitados en el sexenio anterior.
Antes de la llegada de la 4T, la CNH organizaba las licitaciones petroleras, delimitaba las áreas a licitar, calculaba los recursos potenciales de cada campo petrolero, y definía los montos de contraprestación, pero con la suspensión de las rondas petroleras desde el sexenio pasado, la CNH quedó reducida a un mero administrador de contratos.
Sin embargo, la CNH generó beneficios en términos de recaudación de recursos para el Estado por un monto de 33 mil millones de pesos de 2019 a 2024 por concepto de aprovechamientos, contribuciones al gasto del gobierno federal, IVA de facturación petrolera entre otros conceptos.
La reforma de Morena que pregona austeridad nos va recordar aquel dicho de que lo barato sale caro. Adiós reguladores, adiós beneficios para los consumidores.
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