La semana pasada le pregunté al presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Francisco Cervantes, qué era lo que más le preocupaba en el sector energético, y sin pensarlo asestó: “la falta de pago de PEMEX a los proveedores”.
Y no es casualidad que el representante de una de las cúpulas empresariales más importantes de México tenga en mente la deuda que la petrolera detenta por más de 103 mil 600 millones de pesos, ya que la situación está llevando a un estado crítico a las casi 2 mil empresas prestadoras de servicios que en algunos casos ya han tenido que frenar sus actividades y están a nada de la quiebra.
Si PEMEX quisiera hoy liquidar esa deuda con el dinero que tiene en caja, sería imposible, ya que la compañía cuenta con solo 93 mil millones de pesos que son insuficientes para saldar un monto que crece con cada día, y que en algunas esferas del sector energético se comenta que ya habría alcanzado los 400 millones de pesos.
El problema es tan grande que el director de la petrolera, Víctor Rodríguez Padilla, un académico que no tiene experiencia conocida en la administración de empresas, no ha querido dar la cara y canceló una reunión que tenía agendada en el Senado el pasado lunes, para explicar los adeudos a proveedores.
Nos cuentan que los directivos de PEMEX están teniendo largas reuniones internas para ver de dónde saldrán los recursos porque en el presupuesto para 2025 no se etiquetó una partida para hacer frente a ese adeudo específico.
Algunas de las opciones que se exploran como una salida rápida es la de financiar ese monto con deuda, lo que iría en contra del discurso oficial y que sería lo menos recomendable para una empresa que debe 97 mil millones de dólares.
Cualquier asesor financiero que tenga tres dedos de frente evitaría recomendar financiar deuda con más deuda, pero del Gobierno nos podemos esperar cualquier cosa.
Entre tanto los proveedores de PEMEX ya están incluso analizando la opción de declararse en quiebra porque los meses pasan y deben seguir cumpliendo sus obligaciones tanto fiscales, como patronales, lo que incluye pago de sueldos, aguinaldos y otras prestaciones.
Triste navidad tendrán los empleadores de esas empresas, pero sobre todo los trabajadores quienes son los que más recienten el impago de PEMEX. El supuesto rescate de PEMEX tan cantado y prometido, solo fue eso, un canto tan ficticio e irreal como el de las sirenas.
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