La nota es que Juan Carlos Solís Ávila será el titular de la nueva Comisión Nacional de Energía (CNE), el organismo que se creó con la reciente reforma energética, y que asumirá algunas atribuciones de la extinta Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Nos comentan que Juan Carlos Solís ya se ha presentado con varias asociaciones y empresas del sector a quienes les ha compartido parte de su visión de la industria, bajo el nuevo entramado regulatorio. El anuncio oficial de su nombramiento se espera en los próximos días.
El primer titular de la CNE es ingeniero en Telecomunicaciones por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con maestría y doctorado en Ingeniería por la misma institución.
Es miembro del Claustro de Profesores de Posgrado en Energía de la UNAM y ha desarrollado diversas investigaciones, además de haber publicado múltiples textos y ensayos.
Es un funcionario técnico de plena confianza de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien fue su tutora tanto en su tesis de maestría (2009) como en la de doctorado (2014).
Solís ha trabajado con ella desde su gestión como jefa delegacional y posteriormente en el Gobierno de la Ciudad de México en cargos de nivel intermedio.
Sus principales áreas de interés incluyen el consumo y uso eficiente de la energía, la movilidad sustentable, las ecotecnologías, el cambio climático y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
El último cargo público de Solís, antes de la CNE, fue como titular de la Unidad de Políticas de Transformación Industrial en la Secretaría de Energía. De 2020 a 2024 fue director de Promoción, Seguimiento y Desarrollo de Proyectos en la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México.
En 2018 fue jefe de Unidad Departamental de Ordenamiento Ecológico en la Delegación Tlalpan, también trabajó en el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, y fue jefe de Unidad Departamental de Servicios Generales en la Secretaría de Gobierno de la CDMX.
Llama la atención el perfil del funcionario, que no necesariamente es el más idóneo para liderar un organismo regulador especializado en materia energética, y su nombramiento parece estar más basado en su cercanía con la presidenta Sheinbaum. Y es que en la 4T la lealtad es más importante que la preparación.
En esta fase inicial, la persona designada para la dirección general de la CNE es nombrada directamente por la Presidencia de la República, sin requerir ratificación del Senado. Sin embargo, los nombramientos posteriores sí deberán ser ratificados por la Cámara Alta.
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