La Inteligencia Artificial (IA) se ha popularizado en los últimos 3 años con el lanzamiento de Chat GPT; sin embargo, este sistema que surgió como un chatbot conversacional, ha sido actualizado para realizar tareas más complejas a partir de instrucciones humanas más específicas.
Aunque representa un avance tecnológico para la humanidad, también plantea importantes implicaciones ambientales, ya que se estima que generar un texto de 100 palabras consume alrededor de 500 mililitros de agua.
¿Pero por qué hablamos de agua? Los servidores utilizados para ejecutar estas tareas requieren refrigeración, y para ello se emplea agua, lo que hace cuestionable el uso de la IA en un contexto de crisis climática e hídrica.
Yolanda Villegas, directora Legal de Compliance y Relaciones Institucionales de Envases, señala que actualmente 1.6 billones de personas enfrentan escasez económica de agua. Aunque se han registrado precipitaciones, no todas las personas tienen acceso a este recurso natural.
“También existe una escasez física de agua que afecta a 1.2 billones de personas. En estos casos, el problema no es la infraestructura, sino que el agua simplemente ya no está cayendo, ya no está lloviendo”, explica.
Explica que, del 100% del agua presente en el planeta, el 97% es…
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