Las ineficiencias operativas son el principal dolor de cabeza de Petróleos Mexicanos (PEMEX), con una baja producción por trabajador, y la inversión en campos que son poco rentables, lo que representa un reto para la administración de la Presidenta Claudia Sheinbaum, indica un análisis de la firma Welligence.
“PEMEX puede desbloquear un valor significativo que actualmente está oculto abordando estos problemas operativos mediante asociaciones estratégicas y desinversiones selectivas”, señala el estudio “Desmontando el mito: por qué el futuro de PEMEX depende de la optimización de la cartera, no de la reforma fiscal”.
Explica que la eficiencia de la mano de obra de PEMEX indica sus debilidades operativas, ya que con 126 mil empleados que producen 2.3 millones de barriles diarios, la empresa tiene una media de sólo 18 barriles por trabajador, muy por debajo de líderes del sector como Saudi Aramco (172 barriles por empleado) y Petrobras (51 barriles por empleado).
Por otro lado, la petrolera tiene una mala gestión de su cartera de inversiones, ya que la mayoría de sus campos son productores marginales que consumen recursos valiosos que podrían asignarse a activos de mayor valor.
“Casi el 40% del capex de PEMEX se destina a estos campos marginales”, indicó.
Más de 250 de estos yacimientos marginales contribuyen significativamente a la complejidad operativa de Pemex, pero sólo representan el 24% de la producción y el 28% del valor de la cartera.
En cambio, un subconjunto de 22 campos, cada uno de los cuales produce más de 20 mil barriles por día, representan el 71% del valor de la cartera.
“Este marcado desequilibrio subraya la necesidad de un cambio estratégico, es decir, centrarse en los activos de alto rendimiento y desinvertir en los yacimientos de bajo rendimiento para racionalizar las operaciones y maximizar la rentabilidad”, indica la consultoría.
La firma recomienda asociaciones estratégicas para los activos no básicos. Para la mayoría de los más de 250 yacimientos que producen menos de 20 mil barriles diarios, la asociación con otras empresas u operadores especializados ofrece una vía clara para optimizar su potencial.
“Estos yacimientos tienen bajas tasas de recuperación, aproximadamente el 20% para el petróleo y el 35% para el gas, que los nuevos operadores podrían mejorar significativamente”, indicó.
Las asociaciones pueden mejorar las áreas en las que PEMEX carece de capacidad, en donde las empresas privadas pueden aportar una base de costos más baja, experiencia en recuperación mejorada de petróleo, y capital fresco. Además, Pemex podría recibir pagos en efectivo por su participación en el capital e inversiones anteriores, lo que reforzaría su posición financiera.
“La administración Sheinbaum se enfrenta ahora a una elección crucial: mantener el statu quo y ver cómo la deuda de PEMEX sigue aumentando, poniendo en duda la calificación de grado de inversión de México, o adoptar soluciones pragmáticas para maximizar el valor del activo nacional más importante de México”, añadió.
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