
México llega a 2026 en un momento decisivo para su política energética. El Mexico Country Outlook 2026 del Baker Institute revela un panorama complejo: el país posee ventajas estratégicas indudables, pero enfrenta obstáculos regulatorios, institucionales y de infraestructura que frenan su transición hacia la movilidad eléctrica y la modernización de su red.
Un rezago que contrasta con el potencial
Mientras que la industria automotriz mexicana avanza hacia plataformas eléctricas para sostener su peso en el mercado norteamericano, la adopción interna de vehículos eléctricos continúa limitada. El Baker Institute identifica tres causas principales:
- Avance lento en energías limpias.
- Cuellos de botella en transmisión y distribución.
- Ausencia de una regulación integral para electromovilidad.
Nearshoring: oportunidad industrial, riesgo energético
El reacomodo global de cadenas de suministro está impulsando una nueva ola de inversión industrial, pero ocurre sobre una red saturada. Riesgos:
- Demanda eléctrica creciente.
- Interconexiones lentas.
- Dependencia crítica del gas natural importado.
Electromovilidad sin brújula normativa
México aún no cuenta con un marco integral que abarque conectores, interoperabilidad, almacenamiento, seguridad de baterías y reciclaje.
La economía circular: la pieza faltante
México no ha iniciado el diseño de una economía circular para baterías pese a ser potencia automotriz.
Reinventar el papel del Estado
El Baker Institute sugiere redefinir el papel del Estado hacia un regulador técnico creíble.
Oportunidades para un México eléctrico
- Corredores de carga rápida.
- Centros de remanufactura y reciclaje.
- Micro-redes industriales.
- Electrificación de flotas corporativas.
- Estándares nacionales de interoperabilidad.
Conclusión
México tiene capacidades industriales y regionales para liderar, pero requiere modernizar regulación, red e infraestructura para acompañar su ambición.
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