Pero los contenedores de su intercambio comercial con Asia, desde diciembre pasado, dejan tras de sí una estela un 30 por ciento mayor de emisiones de carbono a la atmósfera. La razón no es voluntaria. En diciembre pasado el grupo fundamentalista de los hutíes ha ahuyentado con actos terroristas a las líneas navieras que intentan cruzar el Canal de Suez y recortar un tercio de su recorrido entre Asia y Europa. Esto en protesta y solidaridad con los palestinos de Hamas en su guerra contra Israel.
Los conflictos geopolíticos están afectando en el último trimestre la huella de carbono del transporte marítimo, responsable del movimiento del 90% de las mercancías en el mundo. Esto es para un portacontenedores promedio de 14 mil contenedores (unidades de 20 pies de largo), pasar de emitir 41 mil toneladas de CO2 a la atmósfera en su ruta Singapur-Róterdam, a 55 mil toneladas por el cambio de su recorrido vía el Cabo de Buena Esperanza al sur de África. Cada semana las distintas terminales del puerto más importante de Europa, reciben entre diez y doce embarcaciones de contenedores desde Asia lo que promedia 140 a 168 mil toneladas más de CO2 a la atmósfera cada siete días generando una cadena logística más cara, más consumidora de energéticos y más contaminante.
Y los pronósticos es de que…
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