El 14 de febrero no solo celebramos el amor y la amistad, sino también el día Mundial de la Energía, a través del cual se busca concientizar a las personas sobre el uso racional de este recurso.
La energía está presente en el día a día, ya que es el medio que nos permite realizar actividades a corto plazo, es decir, desde desayunar y mantener con carga los centros de trabajo, hasta mantener las luces y música encendida en una discoteca.
Sin embargo, es uno de los pilares fundamentales para impulsar el desarrollo y crecimiento económico de nuestro país, por lo que esta fecha representa una oportunidad de visibilizar su uso y adoptar fuentes alternativas que nos permitan construir un modelo energético libre de emisiones contaminantes y amigable con el medio ambiente.
De acuerdo con datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), más de un tercio de la población a nivel mundial no tiene acceso a la energía. En tanto, los países han establecido acuerdos para alcanzar las cero emisiones y mitigar los daños ambientales ocasionados por combustibles fósiles.
Los combustibles fósiles son los responsables del más de 75 por ciento de emisiones de los gases de efecto invernadero y del 90 por ciento de dióxido de carbono, señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Asimismo, datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), refieren que los combustibles fósiles mantienen el liderazgo en el suministro global de energía, ya que representan el 70 por ciento, pese a que varios países han adoptado el uso de fuentes renovables para alcanzar la descarbonización.
En el caso mexicano, nuestro país retrocedió en su camino hacia la transición energética ya que las autoridades federales priorizaron la construcción y la compra de refinerías, así como el uso de combustibles fósiles para la generación eléctrica.
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