Alcanzar la igualdad en una industria dominada, tradicionalmente, por el gremio masculino no ha sido una lucha fácil. Romper estigmas, marcar tendencia y sobresalir en el sector energético, particularmente, no es hito de un solo día sino del esfuerzo y trabajo diario de la mujer en cualquier escalón.
Si bien, el rol femenino ha evolucionado en las últimas décadas, aún existen barreras que impiden lograr la equidad de género en el sector. De acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, “el 73 por ciento de las mujeres sienten que debe esforzarse más que los hombres para obtener reconocimiento, y el 63 por ciento, considera que hay discriminación por género en su espacio de trabajo”.
Uno de los rostros de dicho porcentaje es Miriam Ochoa, alias “La Pipera”, una mujer que estudió la carrera de medicina por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), ejerció como médico forense por dos años, y quien desde hace casi cuatro décadas, cambió los guantes de látex por unos de uso rudo al ser transportista de materiales peligrosos con exceso de peso y dimensiones.
“Me siento muy orgullosa de haber sido la primera mujer que ha manejado este tipo de vehículos; cuando empecé, batallé mucho sobre todo porque no era reconocido que una mujer pudiese ser capaz de incursionar en el medio de transporte”, revela Ochoa.
Luchar contra de las críticas y prejuicios fue una constante para Miriam, sin embargo, con su trabajo y dedicación consiguió ser un parteaguas en la industria del transporte que por años se vio exclusiva para varones.
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