Grupo Financiero Banorte estimó que el nearshoring en México dejaría ganancias por 168 mil millones de dólares en las exportaciones en los próximos 5 años, es decir 33.6 millones de dólares anuales.
La entidad financiera, detalló en el estudio ‘Zoom nearshoring’, que el monto representaría el 6.2% de las exportaciones no petroleras del año pasado.
“Gracias a múltiples factores como la localización, ventajas demográficas, economías de escala, menores costos y una nueva manera de gestionar riesgos en la cadena de suministro global, entre otros, este nuevo paradigma podría representar ganancias”, puntualizó.
Sin embargo, para que el país pueda capitalizar las oportunidades provenientes del nearshoring, deberá de mejorar la infraestructura en distintas áreas como electricidad, agua, carreteras, puertos, así como impulsar políticas públicas y privadas que incentiven la inversión.
Agregó que también es necesario llevar a cabo mejoras en el Estado de Derecho y continuar la apuesta por la formación de capital humano; mejorar la competitividad; incrementar la productividad de los factores; e incluir otros estados o regiones que no forman parte actualmente de la cadena productiva que se ha formado para atender al sector exportador.
“El nearshoring se da debido a que el comercio internacional está enfrentando un importante cambio de paradigma como resultado de una serie de modificaciones económicas, políticas y sociales. Los inversionistas han mostrado una creciente preferencia por una estrategia mucho más integral, que no únicamente contemple la eficiencia en costos, sino también la gestión de riesgos en la proveeduría de bienes”, señaló.
Agregó que lo importante es entender que este fenómeno representa cambios estructurales cuyos efectos más importantes podrían verse en el mediano y largo plazo.
Explicó que el catalizador para dichas ganancias será de los sectores agropecuario y agroindustria, automotriz, aeroespacial, químicos y plásticos, ropa y otros accesorios, metales básicos, maquinaria y equipo, aparatos eléctricos y electrónicos, dispositivos médicos, así como el farmacéutico, muebles y juguetes, entre otros.
Mencionó que existen muchos motivos detrás de esta estrategia, entre ellos, la mitigación del riesgo de políticas públicas en países lejanos que ocasionen un retraso en la entrega de mercancías, los cuellos de botella ocasionados por el coronavirus, o inclusive para aminorar el efecto de conflictos bélicos como el que sucede desde el año pasado en Ucrania.
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