Poner en marcha la nueva refinería Olmeca, mejor conocida como Dos Bocas, no es sólo subir un switch, señaló Rocío Nahle, titular de la Secretaría de Energía (Sener) y la responsable de la magna obra emprendida por el autodenominado Gobierno de la Cuarta Trasformación.
“La gente que no sabe, piensa que sólo se sube el switch y no es así”, dijo tras participar en la inauguración del Congreso de Gas LP celebrado ayer en la CDMX por la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas A.C. (Amexgas).
Añadió que a partir de diciembre se suministrará gas a la refinería con el fin de producir vapor con el que se hacen barridos de líneas, por dentro, para limpiar impurezas. Al mismo tiempo, se van haciendo pruebas en los equipos, hablamos de 80 mil válvulas, dijo.
Recalcó que la seguridad es la que marca el ritmo del arranque del complejo construido en Paraíso Tabasco.
“Imaginen que por querer decir que metan rápido (el gas) y la válvula no está bien calibrada o se salió del parámetro, tengo ahí un accidente; es la seguridad lo que nos va marcando, pero sin duda nosotros metemos gas en diciembre el año que entra tenemos que producir la gasolina”, explicó a medios.
Lo anterior retrasa los planes federales de alcanzar la soberanía en materia de combustibles, pues la idea planteada por la misma Rocío Nahle es que durante el último mes del año, el primer barril de crudo entrara a la nueva refinería, de acuerdo con lo señalado en la ‘inauguración de este’ en julio pasado.
Desde el inicio, la refinería Olmeca, se proyectó como el complejo mexicano que contribuiría a la soberanía energética en combustibles ya que su tren y medio de refinación, se encargará de obtener gasolinas y diésel, para lo cual su capacidad de refinación se ubicó en 340 mil barriles diarios, una meta que de acuerdo con especialistas se alcanzaría hasta 2026.
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