Mucho hemos escuchado sobre la construcción de otro de los proyectos emblemáticos del Gobierno actual: la refinería Olmeca, mejor conocida como Dos Bocas dada su ubicación en Paraíso, Tabasco, misma que recientemente tuvo una simbólica inauguración.
Aunque dicha obra cuenta con una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), es bien sabido que desde antes de que arrancara el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el Ayuntamiento Municipal había permitido el desmonte de áreas, dónde aseguraron, no había manglares, pues una de las promesas fue reforestar la zona y rescatar los bancos ostrícolas de la zona, así como declararla área de reserva.
Sin embargo, esto no es nada nuevo, pues datos históricos nos refieren que entre 2006 y 2007, Petróleos Mexicanos (Pemex), se comprometió a no afectar los bosques de manglares si se le permitía perforar cerca de esta zona, permiso que fue concedido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) con una vigencia de 20 años para el desarrollo de reservas de petróleo y gas.
Adicionalmente, un estudio realizado en el año 2008, por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), para la entonces empresa paraestatal, indicó que Dos Bocas era el sitio menos considerado para poder llevar a cabo el desarrollo de una nueva refinería, incluido el riesgo a los manglares y las inundaciones que se producen en la zona.
El área donde se lleva la construcción cuenta o, mejor dicho, contaba con cuatro tipos de manglares, alrededor de 23 especies de animales protegidos y, además, de acuerdo con las coordenadas satelitales, los mapas demuestran que esta área sí corresponde a un área protegida.
En 2019, imágenes demostraron la tala de manglares, esto posterior a que la Secretaría de Energía (Sener) inició la edificación de la que será la séptima refinería del país.
¿Y hacia dónde vamos con estos datos?
México tiene un compromiso a nivel mundial para la reducción de emisiones de Efecto Invernadero, mismas que no ha reducido en ningún momento, por el contrario, el compromiso de reducción para el 2020, era emitir 672 MtCO2e1 (millones de toneladas de CO2 equivalente) y en 2015 ya había emitido cerca de 683 MtCO2e1.
Y sin irnos muy lejos, con la nueva refinería, el total de emisiones anuales se disparará a 2.16 millones de toneladas de CO2e1, lo cual significa que en 20 años la operación del complejo reflejará 43.2 MtCO2e1, lo que claramente deja ver que México no cumplirá con el compromiso adquirido de reducción. Traduciendo estas cifras, de acuerdo con lo referido en la MIA de la refinería, esto equivaldría a talar un aproximado de 183 millones de árboles, que llevado a una vida útil de 40 años, representa 366 millones de árboles (USDE, 1998).
Con respecto a la situación de los manglares, estos ayudaban a mantener el agua contenida y evitar inundaciones, lo cual se eliminó con su destrucción afectando a la población indígena de la zona, ya que el agua fue desviada hacia las zonas bajas exponiendo con mayor riesgo al sitio, que ya de por sí, tenía estas complicaciones.
Otro impacto…
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María Luisa Marcelino-Estrada actualmente es directora general de Grupo CIITA; cuenta con Licenciatura
en Ingeniería en Gestión de Negocios por la Universidad Tecnológica de México.