Ahora que se ha concretado la operación de compra-venta de Deer Park, recuerdo que hace algún tiempo una funcionaria de una petrolera, oriunda de la ciudad de esta ciudad, describió elogiosamente el aroma del lugar, como si evocara el jardín de las delicias, suspiró y dijo “huele a dinero.”
Esta declaración de amor a su terruño parecería de quien ha inhalado gases tóxicos, de no saber que la refinería en Deer Park es el empleador número 10 de esa ciudad. Así, lo que para algunos es un hedor nauseabundo, para otros ha puesto el pan sobre la mesa, el techo y el lecho. La familia de esta conocida ha trabajado en esa ciudad, en esas refinerías, por generaciones. Me pregunto qué pensará de la venta de Shell a Deer Park, en su totalidad a Pemex.
Y ahora cuando la refinería es ya solo de Pemex ¿qué podría importarle a ella si la transacción se ha hecho en rescate de la soberanía nacional y no por ella ni por su familia? Pues porque ella vive allí. Es su país, su estado, su condado y sus leyes. Y conforme a ellas, la refinería ha operado y continuará su operación, con su nuevo propietario.
Hasta ahora, Guy Hackwell ha sido el gerente general de la refinería y planta petroquímica llamada Shell Deer Park, además de ser el presidente y CEO de Deer Park Refining Limited Partnership Joint Venture. Aunque Hackwell asumió esos cargos desde febrero de 2021, lleva más de 30 como directivo de Shell. Así, Deer Park ha sido un negocio principalmente operado por extranjeros en el extranjero. Y ha generado buenos resultados; tanto así que el presidente la compró toda para México, como si la suerte del emprendimiento no dependiera para nada del modelo de gestión y de las leyes que lo rigen.
Aún hay grandes dudas sobre qué modelo de gestión seguirá Deer Park hoy cuando Shell ya entregó sus llaves al gobierno de México. Tampoco sabemos con certeza qué pasará con aquellos empleados que felizmente van a trabajar animados por el olor a dinero. Lo que sí es claro es que, sea quien sea el dueño, y dependiendo de la figura corporativa con que quede, las leyes y regulaciones de los Estados Unidos, de Texas y cualesquiera otras locales, se le aplicarán a la refinería.
Consulta el texto completo en la RevistaE21 febrero-marzo.
Comenta y síguenos: @Energy21Mx