Pese a que el gobierno actual ha tomado como prioridad el desarrollo del sector energético, especialistas e integrantes de la industria consensuaron un panorama sombrío hacía el final del sexenio.
Una encuesta a mano alzada en el pasado Encuentro Internacional de Energía México 2019 ratificó la premisa anterior y dejó claro el poco optimismo que se vive actualmente.
En la visión de Alejandra León, Director Latinoamérica Upstream Research en IHS Markit, la importación de gas natural continuará en un 90 por ciento mientras que de gasolinas y diésel será entre el 40 y 45 por ciento considerando un crecimiento de la demanda marginal.
“No veo Dos Bocas funcionando, no es una cosa aspiracional, es un reto muy grande poder tener Dos Bocas operando”, dijo durante su participación en el foro energético.
Sobre temas de exploración y producción, León destacó que los proyectos más importantes pertenecen a la industria privada, específicamente a los desarrollados por ENI, Hockchi, Fieldwood y Talos Energy, además de que México requiere seguir invirtiendo en este tema.
“Si en estos años seguimos sin ninguna ronda nueva, realmente estamos haciendo un hoyo para mantener más allá del 2024 y 2025 una plataforma ya no digamos creciente, sino mas o menos estable”, indicó.
Arturo Carranza, analista energético independiente, distinguió 2021 como un punto pragmático para la actual administración tras la celebración de elecciones intermedias.
“Creo que si los objetivos que el Gobierno se ha trazado en términos de producción de petróleo, de restitución de reservas y en la generación de electricidad no se cumplen, si veo que hacia 2021 puede incorporar una lógica más pragmática para cambiar su visión”.
“Si en las elecciones hay una decisión que no favorezca al gobierno, éste tendría más incentivos para dar un cambio en el sector energético que incorpore una mayor participación de los privados que han acreditado buenos resultados hasta el momento”, comentó Carranza.
Otro de los puntos débiles que desalientan el futuro del sector fue el rol de los órganos reguladores, mismos que en la opinión de Sergio Ampudia, director de consultoría en derecho energético se encuentran ‘secuestrados’.
“No están funcionando en los términos de un mercado que se espera, establezca piso parejo y hablo incluso de la Comisión Federal de Competencia Económica”, sostuvo en su intervención como panelista.
Para él, en esta coexistencia el gran problema se llama abasto: “Hemos querido pasar de la suficiencia energética a la soberanía sin pasar por la seguridad energética”, señaló.
En la óptica de Benjamin Torres, socio en Baker Mckenzie, la generación distribuida será la formula que resuelva el tema de suministro de electricidad, asimismo consideró que el acceso asequible a energía competitiva debe ser la política pública.
“No importa de dónde proviene, debe haber condiciones e incentivos alineados para que razonablemente haya acceso a la energía y sea competitiva”, dijo.
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