La compañía automotriz Fiat Chrysler ha aceptado pagar una multa de cerca de 650 millones de dólares como parte de un acuerdo para retirar los cargos de una demanda que acusaba a la marca de utilizar software ilegal en motores diesel para manipular los resultados de pruebas de emisiones.
La demanda comenzó en 2017, cuando el Departamento de Justicia Estadounidense acusó a la marca de instalar este software en Jeeps y pick-ups que, sin él, serían incapaces de pasar las pruebas de emisiones. Las acusaciones son similares a las enfrentadas por Volkswagen en 2015.
De acuerdo con el New York Times, las multas, reparaciones, garantías extendidas, y demás esfuerzos remediales podrían aumentar el costo total a 800 millones de dólares. Fuentes cercanas declararon al periódico que el acuerdo incluiría, por ejemplo, la instalación de nuevo software en más de 104 mil vehículos, además del pago de compensaciones por dos mil 500 dólares a cada usuario afectado.
Chrysler se estaba viendo beneficiada por una tendencia positiva tras su decisión de dejar de vender autos en 2015, para dedicarse a SUVs y camionetas. En 2018 sus ventas de unidades nuevas crecieron en un 9%, ocho puntos por encima del crecimiento total del mercado.
Este resultado es un golpe más a los intentos de la industria de fabricar autos eficientes y limpios con combustible diesel. Tras la alianza BMW-Mercedes-VW, el sector parecía haber encontrado una solución, pero el mencionado escándalo de VW terminó con el optimismo.
Ahora, el creciente interés en los autos eléctricos parece estar poniendo el último clavo en el ataúd de los automóviles diesel para consumidores: más de un millón de unidades eléctricas fueron vendidas en 2017, lo que creció el parque total a 3 millones de unidades. Sin embargo, más de la mitad de estos vehículos se encuentran en China, por lo que otros mercados parecen presentar oportunidades, con puertas que se cierran lentamente.
Comenta y sígueme en @EAguilar_E21